●CAPÍTULO TRES.

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- Tiago, más rápido- gemía mientras el entraba y salía de mi, no me imaginé que mi primera vez iba a ser tan buena.

Escuchaba sus gemidos, y eso hacía que me moje aún más. Estaba en mi punto ya no podía mas, lo sentí temblar así que creo que él también estaba por llegar. Dio las últimas estocadas fuertes, y terminamos los dos a la vez.

Tratando de recuperar el aire, se recostó a mi lado y nos tapó con la frazada. Tiro el condón en un tachito que tenía a lado del escritorio.

Acomode mi cabeza sobre su pecho, aún agitado me acariciaba el pelo. Había sido increíble, fue muy especial.

- ¿Estas bien? ¿Te lastimé?- preguntó preocupado, levante mi mirada, observe sus ojos y sonríe.

- Estoy más que bien, fue increíble- dije mientras dibujaba cosas abstractas sobre su piel, volví a recostar mi cabeza sobre su pecho, podía escuchar su corazón latir tranquilamente.

- Me alegro que te haya gustado, estuviste increíble- dijo mientras baja su mano y acariciaba mi espalda desnuda.

- ¡TIAGO!- Se escuchó la puerta y el grito de Griselda, rápidamente nos paramos y comenzamos a vestirnos, teníamos todo tirado, no encontraba mi corpiño. Así que me puse mi remera y el buzo encima.

- ¡Acá estoy ma, ya bajamos!- grito Tiago mientras se ponía la remera, apresurados los dos nos vestimos rápido.

Me miré en un espejito que tenía en su habitación, y me acomodé un poco el pelo.

- Tiago, no encontré mi corpiño- le dije bajito, miraba por todos lados y no lo encontraba.

Él miró debajo de la cama y sacó mi corpiño color rosado, me lo tendió, cuando estaba por agarrarlo la mamá de Tiago abrió la puerta. Escondió el corpiño detrás de su espalda para que ella no lo viera.

- ¿Que estaban haciendo?- pregunto y nos miraba a los dos expectante, esperando una respuesta, yo no sabía donde meterme, esta demasiado colorada.

- Bueno, e- estábamos escribiendo algo, si eso- dijo no muy seguro, pero como estaba el el beat puesto en la compu podía ser una buena excusa.

- Si, va, yo lo miraba mientra escribía- dije mientras me rascaba la cabeza.

- Bueno, bajen a comer que hoy tenemos un día movidito, hay que irnos antes de que llegue tu papá- dijo Griselda yéndose a la cocina, se la veía más iluminada.

Él papá de Tiago es camionero así que siempre llegaba muy de madrugada, había tiempo pero tampoco había que confiarse.

Mire a Tiago, y saco el corpiño detrás de su espalda, los dos soltamos unas risas, y lo vi guardarlo en un cajón.

- Eso ahora es mío- dijo acercándose, y dejándome un pequeño beso en la comisura de los labios.

Comimos, ayudé a Tiago a lavar los platos, Ambar y su mamá ordenaban la ropa. Ahora nos tocaba armar la valija de él.

Subimos y lo hicimos rápido, guardamos todo, no iba a dejar nada, incluyendo mi corpiño que iba mezclado con sus remeras y pantalones.

Llego el abuelo de los chicos y subió todas las cosas arriba de su camioneta. Ahora ya no íbamos a vivir cerca, pero aún así siempre nos íbamos a ver en la escuela.

Llego el momento donde se tenia que ir, se que para ellos es difícil dejar todo atrás y empezar de nuevo.

Abrace a Ambar, y Griselda, se subieron a la camioneta. Mire a Tiago, lo abracé muy fuerte, sabía que a pesar que él quería que esto pasara, le costaba dejar todo atrás.

- Te amo, siempre voy a estar para lo que necesiten- le susurre en el oído, respire fuerte y absorbi el olor de su perfume.

- Yo también te amo Lexi- me dijo mientras dejaba un beso en mi frente. Lo vi subirse a la camioneta, también los vi alejarse, hasta que quedé completamente sola.

***
Okay escribi como me salió, espero que les esté gustando la novela.

ojitos tristes - Tiago pzkOnde histórias criam vida. Descubra agora