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—Esta vez si se excedió— ___ soltó con el ceño fruncido y un tono de molestia.
—Sabes que era necesario ¿no?— Erwin dejó de ver por la ventana para dirigir su vista sobre la castaña que limpiaba con delicadeza el rostro del nuevo integrante de Legión.
—Si, estoy consciente de ello... pero tu también sabes que pudo ser menos agresivo.
El chico Jaeger se limitaba a permanecer en silencio, ajeno a la conversación mientras mantenía la compostura para no verse demasiado débil y no ceder al dolor frente a sus nuevos colegas. Aunque por momentos dejaba relucir más de una mueca de dolor.
Luego de escuchar la puerta abrirse, posó su vista en quien acababa de entrar a la habitación. Casi de inmediato se estremeció mientras el miedo empezaba a recorrer su cuerpo.
La mirada fría del recién llegado no apartaba su atención sobre él en ningún momento hasta que el susodicho tomó asiento a su lado y se acomodó, ahora posando su vista sobre la chica frente a Jaeger.
____ había reparado ya en la incomodidad de Eren con la presencia del capitán, y a modo de tranquilizarlo tomó su mano y viéndole fijamente se dirigió a él.
—De nuevo...me disculpo por lo qué pasó antes, pero quiero que sepas que eres muy valiente Eren, a pesar de todo...lo hiciste muy bien ahí afuera— la soldado no soltó ni por un segundo la mirada y sonrió con dulzura.
Tal vez se debía a su cercanía o al hecho que habían más personas viéndolos en ese momento, pero Eren no pudo evitar sonrojarse levemente. Esto provocó una mueca de confusión y tal vez un poco de desagrado por parte de Levi, quien chasqueó la lengua produciendo un sonido poco audible.
♡
En el momento en que entraron en aquel castillo tan polvoriento, a cada uno fue asignado un piso, una tarea y la herramienta para llevarla a cabo. Cada uno se dirigió a cumplir su responsabilidad.
El sol empezaba a ocultarse y Eren estaba por terminar. Los ases de luz se colaban por la ventana y la vista a travez de esta era cautivante. Era irónico que el exterior pudiese ser tan hermoso y relajante aunque estuviese plagado de monstruos gigantes devora humanos.
—¿Necesitas ayuda con eso?— Eren, aún con la mirada perdida no tuvo siquiera necesidad de voltear para saber a quién pertenecía aquella voz amable.
—No te preocupes, lo tengo controlado— rompió su pequeña burbuja de pensamientos, terminó de sacudir aquel viejo mueble de madera y con una sonrisa forzada volteó hacia ___, gesto que la chica no pudo dejar desapercibido.
