12

1.6K 154 27
                                    


—Quiero ir a comprar un nuevo libro ¿Me acompañan hoy al centro?—Preguntó la azabache mientras caminaba con los gemelos a su lado.

—No podemos, vamos a quedarnos entrenando hasta tarde hoy—Dijo Atsumu sin más.

—Yo voy—Contradijo su hermano, quien caminaba tomado de la mano de la chica.

Ella sonrió a su pareja, pero al notar la fastidiada expresión del rubio esa sonrisa se borró.

—¿Planeas dejar un entrenamiento por tu novia? Que bajo has caído, por algo ya no me llegas ni a los talones—Atacó evidentemente fastidiado.

—¡Oye sigo aquí!—Se quejó Izume.

—No es como si no hubiésemos estado entrenando prácticamente todos los días desde el torneo, además, en unas semanas terminan las clases, no hay torneos, da igual—Le restó importancia.

—Suenas como un auténtico mediocre, Samu.

Si más, el rubio se adelantó a paso firme. Izume suspiró cansada.

—Si me decías que tenías entrenamiento podíamos dejarlo tranquilamente para otro día, no había necesidad de que discutan.

—Da igual. Además últimamente está muy raro, prefiero pasar tiempo contigo a que con ese bobo—Respondió Osamu mientras se levantaba de hombros, restándole importancia.

Ella no dijo nada, tan solo miró preocupada a su amigo alejarse para finalmente entrar por las puertas de la preparatoria. Por el resto del día no volvió a sabes nada de él.

;;

La pareja caminaba a paso tranquilo por las calles de la ciudad, rodeados de aquel ensordecedor ruido urbano y multitudes, aunque no parecía molestarles, ambos se encontraban muy sumergidos en su plática como para percatarse de su alrededor.

—Oye hablando de los exámenes...—Empezó a a hablar ahora con un tono más nervioso—Antes de que empiecen cumplimos y dos meses de pareja- Di-digo, se que no es nada y eso pero-... es decir, pensé que quizás te gustaría hacer algo, no lo sé, ir al cine... o lo que sea.

Osamu volteó a verla, notando en ella un fuerte rubor que acompañaba su nerviosa expresión. Sonrió enternecido para después dar un suave y tierno apretón a su mano, la cual, durante todo su paseo, no había soltado.

—Me encantaría—Respondió con una sencilla pero cálida sonrisa.

Izume le devolvió el gesto.

—Oh, aquí es—Señaló un local.

Ambos entraron. Se trataba de una librería con un bar en ella, decorada a muy buen gusto y con el característico aroma a café y libros nuevos en el aire, contaba con un cálido ambiente comparado con la ciudad puertas afuera.

—Ve a buscar el libro, yo ordenaré—Ofreció el más alto—¿Lo de siempre?—Ella asintió.

Mientras su encontraba vagando por los estantes, a la distancia vio a Osamu, quien hablaba con la barista quien tomaba la orden. Concentró su vista en él, mirándolo con detalle. Simplemente le costaba creerlo.

Ya habían pasado dos meses desde que habían empezado una relación formal, durante ese tiempo confirmó sus sospechas, Osamu Miya era todo un sueño; no solo era apuesto, alto y atlético, también se portaba como todo un caballero, era sumamente atento con ella, y a pesar de parecer serio, podía hacerla reír y hacerle pasar un muy buen rato sin esforzarse. Si bien algunas cosas evidentemente cambiaron desde que su relación dio los primeros pasos, nunca se perdió esa agradable sensación de tenerlo junto a ella, tal y como lo fue todos sus años de amistad, y debía admitir, ser novia de su mejor amigo tenía muchas cosas buenas, entre esas, que a pesar de los nervios de un típico noviazgo adolescente, sabían comunicarse a la perfección y se conocían muy bien el uno al otro.

Choose you; Miya Twins Where stories live. Discover now