7. Picnic

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Desde que salieron de la casa, cada uno parecía estar tan metido en sus pensamientos que nadie decía nada por lo cual la joven se percató de que podría cabalgar un rato libremente sin que se percataran comenzó a acelerar el paso, cuando Fran se dio cuenta grito pero ya era demasiado tarde

— Camila espera — Una parte de él no se preocupaba sabia a donde iba pero él no podía dejar sola a las visitas — Por un demonio siempre hace lo mismo, un día de estos va a tener un accidente

— No te preocupes, tu acompaña a Lady Patricia yo le daré alcance — Dijo el Duque divertido, una parte de él estaba sorprendido por la manera que tenia de cabalgar, era hermosa no lo podía negar pero era muy diferente a todas las demás damas que había cocido incluso comparada con Amelia, a pesar de que amaba su belleza esta chica tenía algo que lo atraía como un imán, cuando logro colocarse a su lado, ella bajo un poco el paso

— No creo que sea correcta esta acción de una señorita de su cuna

— Cómo sabe usted lo que es o no es correcto a mi educación — Ella no se dejaría intimidar, dio un golpe con las riendas, haciendo que tormenta corriera más, sabía que estaban cerca del destino, tomo levemente la delantera pero el joven no se rendiría le dio alcance, ella comenzó a bajar la velocidad, pero el Duque no se percató de la acción, cuando el caballo del joven vio el lago por la sorpresa relincho y se colocó en dos patas logrando que el caballero cayera, enseguida al percatarse del hecho bajo de su caballo, su intención no era lastimarlo, pensó que alcanzaría a frenar, al ver que no se levantaba se acerque hasta donde estaba

— Se encuentra bien — El caballero estaba tendido hacia abajo, pero no se movía, se asustó, lo único que le faltaba cargar con una muerte en su conciencia, tomo valor para girarlo y ver si el caballero aún respiraba pero cuando lo coloco hacia arriba grande fue su sorpresa, el hombre se encontraba muerto de la risa, estaba tan indignada que le dio un suave golpe en el hombro y se puso de pie, dejando ahí tendido en el pasto

— No me diga que se preocupó por mi

— Pensé que algo le había sucedido — Cuando se levantó y camino se percató de que cojeaba un poco, por lo cual decidieron ya no avanzar más por el momento, después de todo cualquier lugar sería bueno para esperar a sus acompañantes

— Lamento si la asuste pero su acción tampoco fue correcta, seguramente Fran estará buscándonos y muy molesto por su acción

— Él sabe a dónde venir, siempre vengo aquí — Le señalo el lago, la zona era poca transitada por visitantes al parque, ella por un momento se dejó llevar por el sutil ruido del agua que corría y el viento soplando en su rostro, no se dio cuenta en que momento él se acercó tanto hasta que quedaron pocos centímetros de distancia

— Creo que usted y yo tenemos una conversación pendiente, después de lo sucedido anoche — Su cercanía le incomodaba, no podía negar que su perfume le encantaba, pero esto no era propio que estuvieran tan cerca pero al ver aquellos ojos grises no le parecieron tan fríos, emanaba calor y eran hermosos

— ¿Y qué sucedió anoche? — se estaba haciendo la desentendida, pero no le daría el gusto de saber que su beso le provocó algo, de repente su rostro se acercó más al de la chica y sus labios estaban tan cerca que podían sentir su aliento por un segundo

— Qué hacen ustedes dos solos en esta área — Gritó una voz masculina, por inercia se alejaron un poco y el caballero exclamo una pequeña maldición, cuando volvieron la mirada para saber de quién era la voz que había interrumpido el momento se sorprendieron al ver a Nicolás y Amelia en un pequeño carruaje

— Camila dónde está tu acompañante — La voz de Nicolás dejaba en claro que estaba molesto, la chica miro a Amelia que parecía pálida y a la vez molesta por aquel encuentro

EL DUQUE AMERICANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora