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—Me da vergüenza, papi— Susurró Sehun negando a quitarse el abrigo que cubría su sorpresa.

—Ya te he dicho muchas veces que no tengas vergüenza alguna, ángel, a éste punto esa palabra no existe en nuestro diccionario, anda, lo compré para que me lo modeles, no para que lo tengas por ahí sin usar— Chanyeol lo abrazó por detrás y le besó el cuello— Sé que te verás más hermoso de lo que ya eres.

—Tápate los ojos primero para que pueda hacerlo— Susurró con timidez.

Chanyeol asintió con un puchero en los labios y se cubrió los ojos con ambas manos, dejando un diminuto espacio entre sus dedos para poder espiar a Sehun.

—Listo, no veo absolutamente nada— Mintió— No tardes que me desespero.

Escuchó la angelical risa de su querubín alejarse, quería dejar esa porquería de juego y quitarle el abrigo para poder verlo lucir la lencería que compró con tanto esmero para su ángel y poder hacerle el amor antes de marcharse a resolver sus inconvenientes de forma temporal e indefinida.

—¿Ya?— Habló.

—No— Escuchó la voz de su ángel cada vez más lejos.

—¿A qué juegas, ángel? No querrás que te castigue o que haga que metas la pata para tener un buen pretexto y encerrarte en mi oficina todos los días, puede que no vea pero si escuchó y te atraparé.

—Puedes abrir los ojos, papi— Escuchó la voz lejana de su ángel y no dudó en obedecer.

Su miembro se sacudió entre la estorbosa tela de su pantalón ante la vista que tenía a unos metros de él: su hermoso ángel traía encima el babydoll de encaje color rosita, junto a las mallas a juego y se excitó aún más al recordar la braguita rosa  que venía en el conjunto.

Vio a su ángel moverse incómodo ante su oscura mirada.

—¿Y bien?— Habló con nerviosismo.

Chanyeol tardó segundos en llegar de la puerta de la capilla al altar dónde se encontraba su hermoso querubín.

Que ironía, ahí lo tomó la primera vez y sólo tal vez.

Ésta fuera la última vez que lo volvería a tomar ahí.

—Ningún querubín puede igualarse en tu hermosura, ángel, pareces un diablillo con esa ropa, pero tu rostro dice lo contrario, sigues siendo el mismo hermoso ángel de la primera vez que te vi— Chanyeol acercó lentamente su mano a tocar con ternura la mejilla de Sehun— Demasiado hermoso para ser un simple mortal, siempre lo supe, tú no eres un humano cualquiera, eres un hermoso ángel.

—Gracias, papi— Susurró Sehun con las mejilla demasiado sonrojadas.

Chanyeol lo atrapó entre sus brazos y lo colocó sobre el altar, besándolo con demasiados sentimientos puros, estaba demasiado enfermo, lo admitía, pero también admitía que está completamente enamorado de ése bello ángel que tiene frente a él.

Si fuera posible le gritaría al mundo lo loco que lo trae ése ser puro e inocente que poco a poco corrompió, fallando en su intento de crear a su propio prototipo de demonio, nunca pudo crear uno y de eso estaba agradecido.

El hecho de mirar no lo dejó satisfecho, quería más, se había vuelto adicto al cuerpo ajeno, maldita sea, como no se iba a enloquecer si tenía su destrucción frente a sus narices con una ropa demasiado provocativa que lo volvió más hermoso de lo que ya era.

La lencería acabó hecha trizas en el suelo, su ropa esparcida por todas partes ante la desesperación de probar el cuerpo ajeno, el sudor no importó entre ambos cuerpos, se perdieron en la pasión, el deseo, el amor, los gemidos del ángel era música que ni el mismo cielo tenía, sus movimientos ágiles que llevó a ambos a la locura de querer fundirse y crear un solo cuerpo.

Volvió a hacerlo suyo en el altar, sabía que Dios estaba demasiado furioso con él, tampoco le importaba, lo único en lo que estaba concentrado era en hacer gritar de placer al ángel, su ángel, ni Dios, ni el mundo y mucho menos Lilith los iban a separar por que cuando después de correrse en el interior del muchacho dijo eso que tanto anhelaba gritar al mundo, aunque era prohibido delante todos a él no le importaba nada, sólo quería amar y ser amado por el bello muchacho.

—Te amo, ángel— Susurró con sinceridad y esperando ver la reacción ajena.

El ángel se quedó en shock, sin saber que responder ante la confesión, lo amaba, claro que no hacía, sólo que el hecho de enterarse tan repentinamente lo impresionó de buena manera.

No hubo necesidad de palabras y se abalanzó nuevamente contra el cuerpo de su amado, por fin iba a conocer a profundidad lo llamado amor.

Aunque no fuera del todo sano, pero después de todo se trataba de amor y sólo de amor, un amor puro y destructivo.

Sólo que no olvidemos las consecuencias de todo esto.

Chanyeol no le diría nada a Sehun acerca de su pasado, por el simple hecho de herirlo y traumarlo de una manera muy fea.

Pero.

Había una persona lo suficientemente perra para decirle toda la verdad al ángel y arrancar sus alas de un tirón, sin importarle cuánto le dolería al pobre.

Puede que ésa perra desgraciada de la que hablo sea su misma progenitora.

Lilith definitivamente es una perra muy mala y cómo dice JongIn: las perras deben ser domadas.

Y sólo Chanyeol podría destruirla.

Pero, también no olvidemos que si Sehun se enteraba de todo, Lilith no sería la única destruida aquí.

La destrucción de cada uno de ellos, estaba cada vez más cerca.

Self Destruction (Chanhun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora