Tres Serpientes

Odile/Odette

Aún con el beneficio de poder evitar tráfico y multitudes al saltar entre los techos, recorrer toda la ciudad se sintió eterno. Tomó su forma acuática para recorrer el Sena prácticamente en toda su extensión después de haber revisado en todas las albercas públicas... Aún no entendía por qué precisamente eran lugares de prioridad, pero confiaba en su compañero.

Cuando hubo buscado en todos los sitios que se le ocurrieron, decidió que por el momento era suficiente: necesitaba un descanso, pensar... Y hablar con Tikki.

Encontró un buen lugar para aterrizar en el Cementerio Montparnasse,

-- ¿De dónde conoces a Néen? -- preguntó, sin más rodeos a su pequeña amiga al tiempo que le daba algo del ate de frutas de la bolsa que el hombre ciego le había dado. Le sentó mal ver a Tikki contemplando tristemente las golosinas sin comerlas. La sostuvo en las manos y acarició su cabecita con el dedo para confortarla. Le dio tiempo para reponerse.

--¿Cómo puede ser...? --suspiró la pequeña criatura-- ¡Está vivo! ¡Cien años y está vivo! --se animó a comer un trozo de ate color verde-- Es un alivio, no me mal entiendas, pero no tiene sentido: Prácticamente no ha envejecido ni un día mientras que Fu...

--¿Por qué no empiezas desde el principio? -- Al ver que no había peligro de ser vistas, depositó al kwami en su hombro derecho y empezó a caminar en busca de alguna banca para sentarse.

Tikki le contó cómo hacía poco más de cien años, el maestro Fu había conocido a Néen y a su hermana quienes habían llegado al país en 1911. Mientras que el anciano había tomado bajo su ala el joven mexicano por caerle simpático y verlo tan desvalido (no en lo visual, sino en el ánimo), todos los kwamis a su cargo sintieron que había "algo" especial en el chico...

--Néen tenía... tiene --se corrigió-- una presencia... que no podíamos pasar por alto... Pero tampoco podíamos mencionarlo al maestro Fu. Era como un imán para nosotros... un agradable imán, por cierto... El punto es que Saas, Plagg y yo, encontrábamos esa energía más o menos familiar... Verás: hace 7, no, más... Bueno, varios siglos, nosotros estábamos activos en lo que ahora es México, muy cerca de una ciudad que un día quedó vacía, Mayapán, pero a pesar de ello, nunca se percibió que necesitaran nuestra ayuda...

--Algo recuerdo en los libros de historia --comentó Marinette. Le sonaba muy vagamente que una o dos culturas de la península Este de aquél país habían desaparecido sin más, dejando las ciudades vacías... una de las culturas era Maya y los otros eran los Olmecas. Tikki asintió.

--Bien, no es de tanta importancia; nosotros cuidábamos pueblos y ciudades más tierra adentro. De vez en cuando Plagg, en aquél entonces con su portador como Boox Bola'ay, se topaba con esa energía sin poder ubicarla. Era la tierra de la serpiente y el jaguar. Sáas (Kaan ki'ichpam) y su portadora no pasaban mucho tiempo con nosotros, pues eran reverenciados como dioses,  Boox Bola'ay quedaba en segundo lugar y yo Chak Kóokay sólo era convocada a veces. Saas fue nuestro líder por aquéllos siglos y la verdad es que fue un buen líder y disfruté mucho esa etapa. Sin embargo fue poco tiempo. Ese "algo" tan poderoso como nosotros, aunque lo sentíamos más joven... Tenía todo bajo control. Nos sentíamos bienvenidos y queridos, pero no necesarios en realidad... Así que eventualmente, la breve presencia de los miracolous en América tocó a su fin. Irse de México le partió un poco el corazón a Saas. Al parecer, tenía más conocimiento del origen de esa fuerza mágica, y era especialmente cercano a él, pero nunca lo compartió con el resto. Fue una sorpresa percibirla nuevamente y Saas de nuevo... espabiló. Siempre fue obediente, tranquilo con el guardián de turno, se atenía a su juicio y a su decisión... pero cuando Néen apareció... --su expresión dio a entender qué tanto había cambiado su actitud--... Por supuesto que no lo hizo ver obvio, pero se notaba su impaciencia cuando el maestro no estaba mirando. Básicamente de forma sutil el...