capitulo 13

11.2K 1.5K 522
                                    

TYLER

Permanezco sentado en la mesa principal, observando como mi hermano revisa la heladera y saca un refresco, luego, busca en la alacena, hasta encontrar una bolsa de papas fritas que no tarda en apropiarse. Le he dicho que puede servirse lo que quiera. Condujo cuatro horas a través de la carretera y entiendo que está hambriento, más de lo normal. Recuerdo que cuando apenas lo conocí, lo primero que aprendí de él, fue su amor inevitable hacia la comida.

Creo que finalmente va a sentarse, pero al parecer, no se conforma con la bolsa de frituras y explora un poco más, hasta dar con el cajón de chocolates.

—Quita las manos de ahí —digo con un minúsculo dejo de diversión. Él entorna el entrecejo, confundido—. Son los chocolates de Maddie —hago saber, entonces Damon comprende que es importante y no toca más, aunque reconozco que de pronto, tiene muchas preguntas para hacerme.

—Últimamente pasas mucho tiempo con Maddie. ¿No es así? —indaga, ocupando una silla y apoyando sus modestas consumiciones sobre la mesa.

Me encojo de hombros. Es agotador que siempre, alguno del círculo familiar, tenga esa pregunta para hacernos. No entiendo que es lo que llama la atención, la chica y yo hemos sido amigos desde hace años.

—Bueno, sí. Lo normal. Ella... Ella estuvo aquí cuando empezó lo de Killian y todo eso. Ya sabes—trato de responder con normalidad, fingiendo que entre Maddie y yo continúa una simple amistad. Dejando el margen que una semana atrás, todo mi interior tembló cuando la besé en la mejilla. Olvidando que tuve una revelación y que el término "amiga" ya no encaja en ella. No como antes—. ¿Viniste hasta aquí solo para sacar mi comida? —bromeo, cambiando de tema. Damon aún no expresa porque se apareció de sorpresa en la universidad.

—¿Crees que haría un viaje de cuatro horas solo para comer una bolsa de papas fritas cuando en la ciudad tengo una pizzería? —presume, continuando la broma, aunque enseguida su expresión se torna más severa—. Tyler... Sabes por qué estoy aquí —da por hecho y tiene razón, presiento de qué se trata, aunque una parte de mí quiere ignorarlo—. Han dicho que le quedan unos días. No pasará del fin de semana —comunica y entonces, me siento enfadado.

—Como sea... ¿Qué pretendes que haga? —cuestiono, porque creo que mis acciones dejaron en claro lo que decidí: no quiero verlo—. Preferiría no saber nada.

—Lo sé. Pero tienes que saberlo, Tyler. Forma parte de tu derecho a elegir —explica y sé que debería valorarlo, dado que en gran parte de mi vida muchas personas eligieron por mí. Pero no me importa. Simplemente no deseo saber nada.

—Bien. Decidí que quiero seguir con mi vida aquí. Justo como lo hacía antes de que volviera a aparecer —molesto, me dejo caer hasta apoyarme en el respaldar de la silla. Damon respira, armándose de paciencia.

—De acuerdo —contesta, sin más—. Pero no actúes como si fuera tu enemigo. No viene hasta aquí para decirte lo que debes hacer, solo quería que supieras la verdad y pasar un rato contigo. Soy tu hermano, maldición —entiendo que está en lo cierto y de inmediato me arrepiento por haber hablado mal. Es solo que cualquier cosa que abarque el tema Killian toca algunas de mis fibras más sensibles y las malas memorias me ponen de un humor horrible.

Asiento, dándole a saber que comprendo su postura y dejo entrever una pequeña sonrisa de agradecimiento. Killian dice que tengo esta vida gracias a él, pero se equivoca, todo esto se lo debo a Damon.

☽♡☽♡☽♡☽

Está atardeciendo, al mismo tiempo que acompaño a mi hermano hasta el estacionamiento, en busca de su vehículo. Dice que le gustaría quedarse más tiempo, pero que Keira va a regañarlo si conduce por la carretera solo y de madrugada. Antes de despedirse, me entrega un par de dibujos que envían los mellizos, donde ponen que me extrañan y que están esperándome.

Dulce tentación [#3]Where stories live. Discover now