Where Do We Go Now (Lukloe)

10. Dolor

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Era sábado por la tarde, el sol ya estaba casi en su máximo punto y sino fuera por la ligera brisa de ese día, las altas temperas serían mucho más notorias.

Luka Couffaine se bajaba de su motocicleta para hacer su última entrega de ese día.

- gracias, que tenga buen día - dijo el de mechas azules cuando recibió propina por su entrega

Se montó nuevamente en la motocicleta y su móvil vibró. Sonrió y lo sacó de su bolsillo y al ver de quien se trataba sólo pudo pronunciar más su sonrisa.

Iba a responder el texto, pero luego decidió que sería mejor llamar, así que eso hizo.

- ¿ya estás lista? - preguntó sin borrar la sonrisa de sus labios - si, acabo de hacer mi última entrega. Iré a casa a cambiarme y paso por tí...si, de acuerdo

Una vez colgó, guardó el móvil y condujo a casa a toda velocidad.

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- ¿estás segura de que quieres hacer esto, Juleka? - preguntó Rose no muy convencida

- Rose, ya es suficiente. Juleka tomó una decisión ¿no es así? - dijo la morena mirando a la de mechones morados

- yo...- dijo con nerviosismo la oji-escarlata, desviando su vista primero a la morena y luego a la rubia

- como sea, ya estamos aquí - dijo Alya mirando su móvil y moviendo su pie con impaciencia

- aún puedes cambiar de opinión - insistió la rubia

- Rose, sino quieres participar de esto puedes irte. Marinette tampoco quiso ser parte y simplemente no se involucró - dijo Alix encogiéndose de hombros

La rubia le dió una última mirada a su mejor amiga, y al ver que ésta sólo agachaba la cabeza, dió media vuelta comenzando a alejarse.

- Rose...- dijo casi en un susurro la de mechones morados

- no te preocupes, Juleka - dijo Alya con una sonrisa - estamos contigo

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- llevas bastante prisa - comentó Anarka al ver a su hijo llegar al Liberty y entrar con rapidez, para luego comenzar a cambiarse

- si, algo - fue la respuesta del oji-cerceta - la verdad es que estoy algo atrasado - dijo terminando de ponerse sus tenis para luego comenzar a abrocharlos rápidamente

- ¿hoy si tienes una cita? - preguntó la mujer cruzada de brazos y alzando una ceja desde el umbral de la puerta

- yo...- el Couffaine sintió que el rubor se apoderaba de sus mejillas - algo así...

- ¿cómo que algo así? - preguntó confundida - la primera vez dijiste que no era una cita y ahora dices que es "algo así" - dijo haciendo comillas con sus dedos

- es que...- rascó su nuca con nerviosismo - aún nos estamos conociendo, mamá...aún no hay nada oficial

- de acuerdo, está bien - dijo la mujer alzando las manos en forma de rendición - ¿puedo saber su nombre?