chapter two

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   "Un maldito Grady-White"

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"Un maldito Grady-White"

     Agatha había destrozado toda la zona del puerto, aunque algunos tuvieron suerte y no lamentaron pérdidas humanas o de sus vehículos acuáticos.

— ¡Buenos días!— saludó John B a un grupo de vecinos que ya se habían puesto a limpiar escombros —. A Sheryl Guffy no se le ha hundido el barco. Y que suerte porque no tiene seguro.

— Hola señora Amy — habló JJ.

— ¿Han sobrevivido? — pregunté mientras me terminaba de hacer una trenza en el pelo.

— Aquí seguimos —sonrió la chica sin dejar de apartar ramas de árbol de su embarcación.

— ¿Habéis visto cómo me ha mirado? — preguntó emocionado JJ mientras le guiñaba un ojo.

Yo rodé los ojos y me acomodé en el borde de la lancha boca arriba para que el sol me calentase la piel, había sido una noche bastante fría —. Que no se te suba a la cabeza, JJ — me miró y se rió sin ganas.

A lo lejos encontramos a Pope limpiando la cubierta del barco con su padre. — ¡Eh moreno! — grité llamando su atención.

— Reunión de seguridad, la asistencia es obligatoria — anunció John B.

— No puedo, mi viejo no me deja — y tras nombrarlo el señor Heyward apareció tras él.

— Tu padre es una nenaza — soltó JJ.

— Oye te he oído cabronazo — dijo el señor Heyward apareciendo del interior de su casa. Intenté disimular la risa.

— Necesitamos a su hijo — continué intentado sonar amigable, cosa que no era complicada porque ese hombre me adoraba.

— Brooklyn ¿tú también? — me miró desconcertado — No me puedo creer que te juntes con estos.

Pope lo miró indignado.

— Aunque no lo crea, son buena influencia — contesté ganándome una mirada agradecida de los dos que estaban a mi lado.— Dejar de mirarme como si nunca os hiciese cumplidos...

— Son las normas, después de un huracán día libre...— vi como JJ le hacía una señal a Pope para que se subiese lo más rápido posible, cosa que el moreno hizo con rapidez sin darle tiempo a Heyward a reaccionar.

— ¡Luego lo limpiaré! — le prometió a su padre — ¡Lo prometo!

— ¡Pope vuelve aquí!

— ¡Yo le ayudaré!— añadí intentando recompensarle. Heyward rodó los ojos no muy convencido de su propuesta, pero el barco ya se estaba alejando de él.

— ¡Luego limpiarás toda la casa! — gritó el hombre — ¡Y no me gustan tus amigos!

La siguiente parada era la casa de Ki, sus padres tenían una pasarela de madera privada para poder descargar mercancía para el restaurante. Así que simplemente tenía que caminar 200 metros y ya podía tocar el mar.

alma pogue | Outer banks (fic)Where stories live. Discover now