Capítulo 42

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Suspiro al pensar en lo que ha ocurrido desde que ese vampiro entró en la casa de Sam hace poco más de una semana para "contratar" nuestros servicios. Todo está al revés, todo está mal, y no sé cómo hacer para cambiarlo o arreglarlo, solo puedo observar a mi alrededor como la celda en la cual nos han metido a Collin, Brady, Seth y a mí es oscura, fría y sucia.

—Tranquila Arya, nos van a encontrar. —Susurra Seth a mi lado, acariciando mis brazos para generar calor, ya que no sabemos cómo, Vladimir ha conseguido dormir a nuestros lobos, teniendo como resultado que ahora solo seamos simples humanos, sin regeneración acelerada, sin temperatura alta, sin sentidos desarrollados... Nada.

Lo único que puedo hacer para no pensar en el hambre o en la sed, es pensar en cómo demonios llegamos a esto, ya que solo puedo pensar en que llevamos aquí tres días, tres días lejos de casa.

Flashback

—No podemos dejar que se lleven a los cachorros. —Dice mamá en el Consejo de Ancianos donde está toda la manada reunida menos Collin, Brady, Seth y yo, ya que nos han prohibido ir para no asustarnos. Pero no lo estábamos hasta que hemos visto lo preocupados que están todos. Estamos sentados bajo la ventana que da a la sala, los cuatro con la espalda apoyada en la pared exterior, escuchando la reunión solo apta para quien tenga más de diecisiete años.

—¿Y qué podemos hacer? —Pregunta Billy Black con su tono serio. —No sé cómo ha averiguado esa sanguijuela lo que puede hacer con los más pequeños, pero debemos evitar que los consiga.

—Espera, ¿qué puede hacer con los más pequeños? —Pregunta Embry con un tono de cautela, por los suspiros que escucho, es el único que no lo sabe en la sala, ya que aquí, los cuatro nos estamos mirando con confusión.

—Hay una leyenda Quileute que habla de que los lobos menores de dieciséis no pueden ser controlados por el alfa, sus órdenes no son acatadas igual, ya que son unos cachorros que solo deberían jugar, por ello se les vigila más. Si te das cuenta, Sam nunca lo ha podido doblegar, ya que hasta que no cumplan años, no serán controlados. —Explica el abuelo Ateara. —Es más, al ser más libres, pueden ser usados o manipulados con facilidad para otras cosas, como, por ejemplo, para ser guardianes de ese vampiro traicionero.

—¿Por qué demonios no sabíamos esto? —Pregunta Embry con asombro en la voz, pero no es igual al que tenemos aquí afuera. —Ellos están en peligro.

Después de oír eso, los cuatro decidimos salir corriendo de ahí, debíamos hablar entre nosotros para saber qué pensar o qué hacer. Cuando estuvimos a una distancia prudente, paramos de correr y nos quedamos en un círculo para poder hablar.

—¿Qué pensáis de todo esto? —Pregunta Brady el primero, ya que nadie sabe que decir.

—No podemos ser doblegados, pero si manipulados. —Dice Collin con una mueca de disgusto. —Esto no lo he visto venir.

—Ni tu ni nadie, y lo peor es que no sé qué podemos hacer. —Susurro con un poco de miedo.

—Aquí ponemos en peligro a nuestras familias. —Dice Brady con miedo. —Yo no quiero que nadie muera por mi culpa.

Nos miramos los unos a los otros con el mismo miedo, ninguno quiere que nuestras familias sufran por nosotros.

—Lo mejor es hacer caso a Sam. —Declaro tras unos momentos en silencio, pero nadie más dice nada, y me da la sensación de que soy la única que piensa eso. —Vamos chicos, Sam es nuestro alfa, él sabrá qué hacer.

—Arya, lo mejor es que seamos un equipo, los cuatro, y que nos marchemos de aquí. —Dice Collin con un brillo en la mirada que comparte con los otros dos chicos presentes. Suspiro desganada y asiento brevemente.

—Seamos un equipo. —Declaro antes de observarlos y comenzar a pensar. Pero antes de que podamos decir nada más aparece Vladimir frente a nosotros junto con un vampiro con el pelo de color verde, quien hace un movimiento con su mano derecha y asiente en dirección a su compañero.

—Hola, cachorros. —Dice Vladimir sonriendo, todos nos ponemos en posición de ataque, pero cuando queremos hacer salir a nuestros lobos, no nos hacen caso, como si estuviesen dormidos. —Oh, él es Dharma. Tiene un don maravilloso, puede dormir los dones de los demás.

—¿Qué quieres de nosotros? —Pregunta Seth dejándome a su espalda.

—Oh, si cachorros, voy a usar este tiempo tan valioso para explicaros mi plan. —Dice Vladimir con ironía antes de notar un golpe en el cuello, dejándome inconsciente.

Fin flashback.

Lo siguiente que recuerdo es haberme despertado en esta celda junto a los demás, quienes también notaron el golpe en el cuello.

—Oh, pequeños cachorros, estáis despiertos. —Dice Vladimir apareciendo junto a Dharma. —Veo que estáis bien. Tenéis entrenamiento en una hora.

Todo comienza con una mirada |PAUL LAHOTE|Where stories live. Discover now