OO: Prólogo

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Su sangre hervía mientras de sus ojos caían lágrimas llenas de rabia. Quería romper todo y tener el cargo.

Su padre gobernaba con reglas conservativas desde que su madre había muerto. Desde ahí había sido vista como una mujer, o la estúpida idea de lo que era una.

Pero ella no lo creía así. Hace unas semanas, un hombre alto con cabellera rubia, se presentó en el castillo. Avisó a los habitantes de éste que en menos de un año, un nuevo rey debería tomar el trono. Ella lo intento. Rubí se presentó, pero le negaron la entrada a la elección. La cual, nunca acabo. Todos en esa sala se empezaron a insultar, pegar, todo era un caos.

-"Una mujer no puede gobernar, no puede pensar como lo hace un hombre. No tiene la fuerza suficiente, si quieres ser reina, lo harás bajo la sombra de un hombre". -Rubí podía escuchar las estúpidas palabras de su padre rondar por su cabeza.

Las palabras que la hicieron estar aquí, sentada en su habitación intentando no salir y matar a todos. ¿Pero por qué no? ¿Quién la detendría de todas formas?

Volteaba a todos lados sintiendo lo bien que sería ver caer a todos los que la están subestimado. Lo bien que se vería verlos arrodillarse ante ella.

¿Qué estaba esperando? No tenía nada que perder de todas formas.

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