Capítulo 1. "Dame una oportunidad".

785 54 11
                                    

Nos ubicamos en aquel día, dónde Julián fue a llevarle rosas a Refugio el día de las madres.

Estaba platicando con Julieta cuándo lo vio llegar. Se disculpó con ella y lentamente se encaminó hasta él. Los ojos de Julián se iluminaron, se veía tan linda y es que esa mujer provocaba muchas cosas en él.

Feliz día de las madres, Refugio. - felicitó con ramo de rosas en las manos, que a decir verdad, éstas le sudaban.

Muchas gracias, Julián. - agradeció mientras tomaba aquel hermoso ramo. — Que bueno que sí pudiste venir. - manifestó contenta.

¿Como no hacerlo? - cuestionó regalándole una sonrisa — No me perdería por nada del mundo verte y estar contigo en este festejo. - murmuró acercándose, para luego tomar sus manos. — Te ves muy hermosa.

— Sus palabras la hicieron sonrojar, pero ese no fue motivo para no sonreír. — Muchas gracias, pero tú no te quedas atrás, también te ves muy guapo. - se atrevió a halagar apenada.

Muchas gracias. - besó su mano con delicadeza y sonrió aún más por el color rojizo que se formó en las mejillas de ella. — Refugio, yo quisiera demostrarte cómo es el amor en realidad.

¿A qué te refieres? - indagó mirándolo fijamente. Aquello la había puesto nerviosa.

Se que has sufrido mucho, pero yo quisiera demostrarte que es distinto a como tú lo has vivido, sólo dame una oportunidad para hacerlo y te prometo que no te vas a arrepentir. - garantizó con las manos entrelazadas a las de él.

Tengo miedo, mucho miedo, pero quiero intentarlo, quiero darme una oportunidad contigo, Julián. - confesó con media sonrisa.

No temas, yo te prometo que no te decepcionarás de nuevo. - acarició su mejilla con ternura y con admiración, luego una sonrisa de emoción se dibujó en su rostro - ¿Lo dices en serio? - indagó sorprendido y sin poder creerlo.

Muy en serio, creo que ya es tiempo de darme una oportunidad para amar, para volver a renacer y que mejor que contigo... - se dijo convencida de eso.

No sabes que gusto me da saber que me darás una oportunidad, te juro que daré hasta mi propia vida por hacerte feliz. Te quiero, Refugio, y desde el primer momento en que te vi, supe que eras la mujer indicada. - reveló mientras se acercaba a sus labios.

No es necesario que me jures nada, yo te creo. - aseguró. Yo también, yo también te quiero a ti. - admitió segura de sus sentimientos, así que Julián se encargó de acortar la pequeña distancia que había entre ellos y la besó lento, con amor y con delicadeza. Un beso lleno de ternura, añoranza y ¿quizás amor? Refugio correspondió con suavidad a aquel acto, tenía tantos años sin besar a un hombre, que ya hasta se le había olvidado cómo hacerlo. El hombre se permitió recorrer cada centímetro de la boca femenina, haciendo que minutos más tarde se separaran por falta de aire y luego de eso, posó su frente contra la de ella.

— Te quiero... - volvió a pronunciar aquellas palabras, que tanto hacían feliz al juez.

Te quiero aún más y siempre, siempre estaré para ti. - prometió depositando un beso en su sien y la abrazó de costado. Refugio no hizo más que sonreír y los dos se dirigieron al festejo.

Julieta se había dado cuenta de lo que había pasado, pero no quiso decir nada hasta que su amiga lo hiciera. No iba a arruinarle el momento y mucho menos, avergonzarla. Conocía a Refugio y sí decía algo al respecto, la cara de la mujer estaría enrojecida en tan sólo segundos de lo apenada que estaría, así que optó por callar. Los vi acercarse y les sonrió para después darse la vuelva e ir a hablar con su hija.

Renaciendo a tu amor.Where stories live. Discover now