Centinela de la luna

Capítulo 8

(Janet)

-¿Dónde estabais? -pregunto Alec a Rayan ignorándome.

-Dando una vuelta. Estábamos tan metidos en nuestra conversación que ni me di cuenta de la hora -les explica Rayan.

-Tienes que tenerlo más en cuenta. Sabes que no le puede pasar nada.

-Y no me ha pasado -me defendí.

-Tenemos que protegerla no exponerla -sigue hablando Alec sin hacerme caso.

-Perdón Alec no me di cuenta ¿vale? no puedo decir otra cosa -respondió Rayan.

-Sera mejor que todos nos vayamos a dormir -interrumpió Quinn a todos para relajar el ambiente- mañana será un duro día.

-Si será lo mejor. Te acompaño Janet -dijo Alec.

Sin darme tiempo de responder echó a andar. Le seguí hasta mi cuarto y como si nada se sentó en el borde de la cama haciendo gestos para que lo siguiera. Me senté dejando un poco de espacio entre los dos, aún me sentía un poco intimidada por su tamaño y sobre todo por el hecho de que pueda transformarse en un leopardo.

-Siento mi actitud hostil de antes. Desde que nos conocimos me siento muy protector contigo. Gajes de ser un posible centinela, supongo.

-Tranquilo -dije sorprendida por sus palabras.

-El caso es que mañana tendremos entrenamiento, todos, y te quería avisar.

-¿Que? ¿Yo también?

-Sí, tienes que aprender a defenderte y a conocernos.

-Pero si me ponéis contra alguno de vosotros me matareis. A diferencia de vosotros yo soy humana.

-Desde que recibiste el collar se te otorgaron poderes mágicos que tendrás que aprender a usar, pero puedes estar tranquila. Mañana seguramente solo sean movimiento contra el aire.

-¿Quieres decir que llegará el día en el que tenga que practicar con alguno de vosotros?

-Por su puesto. Porque aunque nosotros estemos para defenderte también tú tendrás que luchar. Y lo mejor será entrenarte con situaciones realistas.

Mi cara debió volverse todo un poema por qué Alec me miró divertido.

-Te repito que con nosotros puedes estar tranquila. Estamos para protegerte.

-Creo que necesito descansar.

-Te dejo descansar -dijo mientras se levantaba.

Me dio una palmadita en el hombro antes de salir cerrado la puerta tras de sí.

Una vez sola me tiré en la cama mirando el techo.

No sé ni cómo conseguí dormir pero al día siguiente me desperté con unos golpes en la puerta.

-¿Quién? -pregunte estirándome sentada en la cama.

-Soy Rayan. ¿Puedo pasar? -respondió.

-No, no estoy lista-dije rápidamente.

No estaba arreglada. Seguro que tenía las marcas de la sábana surcando mi cara y el pelo más enredado que otra cosa.

-Vale. Te esperamos abajo para desayunar. No tardes -dijo antes de irse.

Mire mi bolsa pensando en que ponerme. Si tengo que entrenar. Traía poca ropa pensando en solo llevaba lo importante. Pero llevaba una muda que podía servir.

Me vestí y salí de la habitación. Me fui hasta la cocina donde estaban todos esperando para desayunar.

-Buenos días.

-Menos mal que ya ha llegado la reina y podemos comer -comento Katya.

-Perdón por tardar -me disculpe sentándome en la única silla libre. Al lado de Quinn.

En cuanto me senté Alec, Rayan y Katya empezaron a devorar el desayuno como si se lo fueran a quitar mientras que Quinn se los miraba negando con la cabeza.

-Seréis animales. Cuidad vuestros modales, hay una dama delante -los amonestó.

Gruñeron al unísono haciéndome sonreír. Me hizo gracia, realmente eran animales.

-¿Así que hoy te vas a unir al entrenamiento? ¿Quieres probar contra mí? -pregunto Katya sonriendo maliciosamente- prometo no ponértelo fácil.

-No pienses en tocarle un pelo -medio gruño Alec.

-Con lo mona que es -comento divertido Rayan.

-Calmaros. Para empezar Janet no está preparada para entrenar contra vosotros. Primero se tiene que preparar físicamente y saber a qué se enfrenta.

-Qué pena -comento Katya burlándose- ¿la vas a poner a leer libros?

-Como hice con todos cuando llegasteis.

En el fondo sentí alivio de no tener que enfrentarme a ninguno de ellos. Me iba a librar gracias a los libros. Y esperaba estar lista para cuándo llegará el momento en el que Quinn dijera que tenía que aprender a luchar. Tenía la sensación de que no era tan fácil.

-Será lo mejor -dijo Alec mirando desafiante a Katya- anda vamos.

-Si eso iros -dijo Quinn- yo hoy enseñaré un poco a Janet sobre las criaturas que nos rodean.

Alec, Rayan y Katya se fueron dejándonos solos.

-¿Que prefieres, verlo en los libros o en persona?

-No sé si estoy preparada para ver a más personas haciendo cosas raras o transformándose en animales.

Provocó que Quinn se riera de manera inevitable al parecer.

-Los cambiaforma son los únicos seres con la capacidad de cambiar de forma humana a animal. Lo que yo te quiero mostrar son otros seres, en su mayoría inofensivos.

-¿Cómo que en su mayoría? ¿Algunos son peligrosos?

-Claro, pero no te preocupes. También existen animales comunes peligrosos y no tienes miedo de ir por la calle ¿verdad?

-Si lo pones así, te tendré que dar la razón.

-Pero si lo prefieres podemos empezar por aquellos que no esperó que veas caminando por los alrededores.

-¿Por algún motivo en especial?

-Los verás cuando te los enseñe. Pero suelen ser de mal augurio que aparezcan frente a cualquiera.

Me guío hasta una biblioteca que estaba dentro de la casa. Aún me asombraba de ver lo grande que es por dentro cuando por fuera parece una cabaña cutre y medio rota.

La biblioteca era enorme las cuatro paredes estaban llenas de libros desde el techo al suelo.

-¿Me vas hacer leer todos esos libros? -pregunto en broma.

-Podría pero no lo voy a hacer -contesta siguiéndome la broma- ven, pongámonos cómodos.

Le seguí hasta la zona donde había butacas y asientos para poder leer sentados y cómodos. Nos sentamos en una butaca doble que tenía una mesa.

Mientras yo esperaba acomodándome, Quinn fue a buscar el libro que me quería mostrar. No se hizo de esperar ya que murmuró algo que no logré entender y un libro de la parte más alta de una de las estanterías levito hasta sus manos.

-Vamos a ver que tenemos por aquí -dijo sentándome a mi lado.