Capítulo 5

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Creí poder alcanzarlo pero las palabras no me lo permitieron. Encerrada en lo más oscuro de mi habitación, la radio empezó a sonar con aquella música que nos gustaba bailar. El mundo parecía alegre, pues hasta los pájaros que se paran en los cables de la ciudad se posaron en el balcón para así escuchar la tal hermosa melodía. Tarareaba su ritmo, mi corazón pedía bailarla, pero por dentro sabía que si lo hacía, le partiría en mil pedazos acordándome de ti.

Las lágrimas nuevamente empezaron a rodar, la canción sonaba y sin pedirlo el clima la empezó a acompañar. Las gotas de lluvia golpearon la ventana, los pájaros huyeron hasta volver a sus nidos, y yo traté de ser fuerte frente a la tormenta de tu desamor, pero adivina qué, ella me tumbó.

Hasta que se apaguen las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora