Cuando alguien no quiere responder a una pregunta que le has hecho, o quiere seguir argumentando que tiene la razón, cuando termine de hablar, quédate callado, así la otra persona tendrá que seguir hablando.
La persona se quedará sin argumentos, o en el otro caso, tendrá que responder a la pregunta que le hayas hecho, pero no tendrá más explicaciones.