La hija de Snape

Cap. 27

Harry

Observé cómo Malfoy Padre desaparecía dentro de la cueva.

– Harry y yo le seguiremos con la capa de invisibilidad. Cuando estemos dentro vamos a ver qué trama –saco la capa de la mochila y cubro con ella a Hermione, que desaparece delante de nosotros–. Si no volvemos dentro de una hora, algo ha pasado.

– Si no volvéis entonces, vamos a por vosotros.

– No, Catherine. –me cubro con la capa y me acerco a Hermione lo máximo posible.

– Sí, Harry. No vamos a dejaros solos, somos un equipo.

Saco la cabeza para que me mire a los ojos.

– No voy a dejar que te pongas en peligro.

– Ya sé que eres mi hermano mayor y que te estás poniendo en modo protector, pero voy a ir a por vosotros.

Miro a Ron y le hago entender con la mirada que no debe dejarla ir a por nosotros. Él hace un breve gesto con la barbilla.

No va a dejarla entrar. No va a arriesgarse a ponerla en peligro.

– Nos vamos Harry. –Herms me cubre con la capa.

– Suerte chicos. –echo un último vistazo a mi hermana y mi mejor amigo y aprieto la mandíbula al ver cómo él le apoya la mano en la espalda y la acerca a él. Siento celos, pero los ignoro.
Tengo cosas más importantes en las que pensar ahora mismo
Como Malfoy y su séquito de elfos endemoniados.

En fin, allá vamos.

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Ron

– Bueno, ¿y ahora qué hacemos?

Sin dejarme acabar la frase, Cath se tira a mí y aprieta sus labios contra los míos. El impacto me empuja hacia atrás y nos habríamos caído si no hubiera tenido la pared de hiedra detrás.

Cath me guía con sus manos al suelo para sentarse en mi regazo a horcajadas.
Sus dedos se enredan en mi pelo y gimo de placer.

Me aparto un poco.

– Estamos en una misión.

– No me importa –hace ademán de volver a mi boca pero giro la cabeza.

– Imagínate que nos necesitan –se entretiene en mi cuello, mordiendo y chupando–. Ahora no.

Gimo las últimas palabras. Joder.

– Vale, tienes razón –se levanta y me tiende la mano–. No creí que te fueras capaz de resistirte a mí.

– Y no lo soy, pero Harry nos mataría si se entera de que estamos practicando para tener bebés mientras él y Herms están ahí dentro.

Sabe que tengo razón, pero aún así hace un puchero.
Le cojo la barbilla y le doy un pequeño beso el la boca. La envuelvo con mis brazos y ella apoya la cabeza en mi pecho.

– Pero yo quería. –se acurruca más contra mí.

– Ya, nena yo también pero lo primero es lo primero.

– ¿Qué crees que trama Malfoy? –se aparta para mirarme a la cara.

– Sí –una voz extraña contesta–, ¿qué crees que tramo, Weasley?

Mierda. Lucious Malfoy se acerca hacia donde estamos. Parece un esqueleto, la piel blanquecina y cetrina.
Dos elfos del tamaño de un coche se colocan a su lado.

– Malfoy –nos apartamos de un salto y cogemos nuestras varitas.

– Os creéis muy listos, pero yo lo soy más –nos sonríe y Catherine le enseña los dientes–. Cogedles.