coraza ♥️

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No había pasado ni una semana y ya sentía que lo extrañaba con el alma entera.

   La determinación que envolvió a su voluntad el lunes por la mañana se hizo añicos en pocos días. Ahora no sólo extrañaba terriblemente a Jaemin, sino que además, sentía que se había equivocado. Que sus impulsos e inseguridades lo hicieron tomar una decisión de la que claramente se arrepentía. 

   Era difícil no deprimirse, sobre todo si se dedicaba a echarse la culpa del fracaso de su relación. ¿Si habían durado dos meses siendo pareja porque repentinamente sentía que ya no podían continuar?; ¿Por qué ya no toleraba que Jaemin fuera tan cariñoso con sus amigos si desde un principio sabía a lo que se atenía? ¿De verdad no confiaba en él?

   Tal vez no. O no tanto como quisiera. El que Jaemin pudiera serle infiel era un supuesto áspero y amargo de digerir para su mente. Quería confiar en él. Creer en sus palabras. No poner en duda el cariño que constantemente decía que le tenía y que a base de miradas cálidas y besos azucarados, le demostraba.

   Pero después, como relámpagos de violento entendimiento, recordaba a Park Sooyoung, siempre tan linda y dispuesta a coquetear descaradamente con Jaemin. Jeno no pretendía montarle un escándalo a su novio por algo tan estúpido como que no le pidiera una invitación de la fiesta para él. Pero no pudo evitarlo. A veces sentía como que Jaemin olvidaba que era su novio. Que debía darle su lugar. Hacer una diferencia entre él y sus amigos.

   ¿Estaba pidiendo demasiado? Francamente no lo sabía. ¿Debía simplemente decirle a Jaemin que se había equivocado y recibir lo que estuviera dispuesto a darle?

   Jeno se encontraba en un dilema. Uno que aparentemente no era capaz de resolver, y aquello era lo que más le aterraba, pues sino podía contar consigo mismo para enfrentar sus problemas, entonces no tenía ni idea de dónde se suponía que encontraría una solución.

   Era viernes por la noche y no había podido dormir nada debido a sus insidiosos pensamientos. Le dio golpes a la almohada y cerró los ojos con fuerza, decidido a dejar de divagar. Pero, entre más intentaba olvidarse del asunto más su mente lo martirizaba y traía a colación pequeños pero abrumadores detalles que lo volvían loco: la preciosa sonrisa de Jaemin, su voz, sus manos, su cabello que olía a flores y cuyos mechones rubios resbalaban suavemente por sus dedos cada vez que lo acariciaba y le acunaba la cabeza contra su pecho. Su risa, la manera en la que abultaba los labios cada que le pedía algo y por capricho de Jeno, no lo conseguía. Porque le gustaba ver esa parte escondida, Jaemin volviéndose mimado y demandante. La simple pero compleja forma que se volvió desear verlo todos los días. Para siempre. Por siempre.

   Abrió los ojos de golpe. Clavó la mirada en el techo y luego, suspiró. Ya no quería seguir viviendo a base de recuerdos.

   El corazón se le removió entero. Joder, cuanto lo extrañaba. Apenas habían pasado un puñado de días y sentía que no podía pasar ni un segundo más sin tenerlo entre sus brazos.

   Para colmo de males, Jaemin no lo había buscado. Lo único que hizo fue llamarlo un par de veces el día en que todo el desastre comenzó. Pero nada más. No le envió un mensaje de texto ni fue buscarlo a su facultad como Jeno llegó secretamente a fantasear. Se mantuvo al margen de la situación y lo dejó cargar con el peso de sus propias decisiones, esas que tanto mal le estaban haciendo.

   A lo mejor Jaemin está feliz porque todo terminó, pensaba, martirizándose. Quizá ahora sonría con alegría porque ya no tendrá que cargar con el peso de estar en una relación.

   Jeno enterró la cara contra la almohada y ahogó un grito.

   "Porque te escondes

Corazón coraza「NoMin」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora