Capitulo 6

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POV Rose



Mi viaje ha sido más llevadero con Alexander a mi lado, realmente no me había equivocado al decirle que nos llevaríamos bien. Por otro parte están unos ojos que tratan de ser discretos, pero siempre que volteo los encuentro viéndome, no puedo evitar que el nerviosismo me inunde cada vez que lo atrapo, pero como culparme después del beso que nos dimos, aunque después me hiciera sentir horrible no puedo evitar pensar que todo lo que me ha dicho no sea del todo cierto, y el hecho que Dimitri ya tiene un historial ocultando sus sentimientos porque cree que es por el bien de alguien, pero también me podría estar equivocando y lo más profundo de mi ser anhela que no lo haga. Es interesante como puedo proponerme a olvidar a Dimitri y sin importar lo que haga siempre se cuela entre mi mente y se adueña de mi ser, es simplemente increíble.

Desvío mi mirada de la ventanilla y la volteo hacia los asientos del otro lado del pasillo, como esperaba lo encuentro viéndome, esbozo una pequeña sonrisa y eso hace que voltee su mirada de inmediato.

Dimitri me ha convertido en una completa bipolar, a veces estoy enojada con él, otras triste, feliz, en los aires porque me tiene enamorada hasta la medula. ¿Qué haré contigo camarada?

Regreso mi mirada a la ventanilla para apreciar la academia de la que jure marcharme y no regresar jamás, abrocho mi cinturón como me lo indican y muevo la cabeza de Alexander para que salga del mundo de los sueños.

- Podrías tener más tacto y despertarme con más amabilidad Ros, no te mataría intentarlo – Se queja y suelto una pequeña carcajada, si realmente no me había equivocado al decir que nos llevarías muy bien.

- No te quejes y abrocha tu cinturón, ya estamos por aterrizar-

Con mi equipaje en mano y camino despacio con Dimitri a unos pasos de distancia, nos dirigimos a la oficina de Alberta a tomar los horarios y que nos expliquen algunas cosas, realmente no preste mucha atención, ya que me lo explico Dimitri y me era más importante pensar en sus suaves y dulces labios y lo increíble que sería besarlos de nuevo. Regresos mi atención al camino, no quiero terminar en la enfermería en mi primer día por no fijarme por donde camino. Llegamos a nuestro destino y la emoción me invade al pensar que Alberta está al otro lado de la puerta, cuando escucho él adelante no me hago esperar, entro y lo primero que hago es lanzarme a abrazarla, ella me lo devuelve e inmediatamente el calor materno que siempre me ha transmitido me envuelve, ella es una madre para mí.

- Te extrañé mucho – Hablo con mi cabeza en la curvatura de su hombro.

- Yo también te extrañé mi niña – Su voz es dulce y cálida, ha sido uno de los mejores ejemplos que he podido tener, siempre me apoyo en mis locuras y me reprendió en los momentos correctos, si no es mi madre no sé lo que puede ser.

Me separo del abrazo y me pongo en mi pose de guardián al percatarme que en la oficina hay varios guardianes más.

- Ya que todos están aquí empecemos, tomen las hojas del escritorio que tienen sus nombres, en ella están sus horarios, como pueden ver todos ustedes se han destacado a lo largo de su carrera, son de los mejores y por eso están aquí, entrenaran a los novicios de último año, algunos tienen 17 y la gran mayoría tiene 16, tienen que prepararlos para el mundo real, en gran mayoría darán clases prácticas, pero de igual forman impartirán clases teóricas, prepárenlos para el mundo real todos sabemos que no es una broma y con esta ley es muy probable que se pierdan vidas muchas vidas, solo pido que los entrenemos lo mejor posible y evitemos una matanza. Pueden retirarse, si tienen alguna duda no duden en consultarme, en recepción les entregaran las llaves de sus dormitorios. –

¿Felices para siempre?Where stories live. Discover now