10: Tienes razon...

149 8 20
                                    


     Minutos después de tomar mi baño y de haberme vestido Nathalie entro a mi antigua habitación para avisarme que ya estaba todo listo para irnos, me levante serio de mi cama y recogí mis dos maletas, cuando Nathalie se dio la vuelta para salir Plagg entro en mi chaqueta con otro pedazo de queso, claro como casi nunca come. Suelto un suspiro, de nuevo Plagg no me ha hablado, como cada vez que nos vamos de viaje, lo odia tanto como yo por que sabe lo que le pasara a Marinette. Bajo las escaleras en silencio pensando en lo egoísta que soy por irme dejando a Marinette sola mientras yo voy a desfiles tras desfiles de moda por todo Nueva York. Llego al auto y al subirme me pongo mis audífonos mientras Nathalie me recuerda mi horario, tal y como cuando estaba mas joven, pero no necesito recordarlo, lo he estudiado de principio a fin y de fin a principio toda la semana, cada segundo de mi estancia en Nueva York esta planeada, irritante pero al menos así no tendré tiempo de preocuparme por Lila, aunque preocuparme por Marinette es caso aparte. Siempre tengo tiempo para preocuparme por ella.

    Antes de darme cuenta habiamos llegado al aeropuerto internacional de Paris, me quito los audifonos y me bajo del auto llevando la maleta importante, Nathalie me dirige una vista rapida, mas especificamente a la maleta, siempre que viajamos me llevo esta maleta junto a mi en mi asiento, Nathalie lo sabe, nunca le he dicho lo que contiene sin importar cuanto pregunte, se que le dira inmediatamente a Gabriel, él a Lila, y por supuesto eso no me conviene por que primero Marinette lo pagara y ademas revelaria mi identidad ante Marinette, se enojara conmigo por no decirselo, no querra que vaya de nuevo a verla, caere en depresion, terminare en un callejon sucio y humedo de algun barrio de mala muerte con una botella de ron en la mano, veinte gatos callejeros, veintiuno contando a Plagg, Ladybug me odiara cuando se entere de todo, le dira al maestro fu, quien me quitara mi miraculous y me quedare solo con veinte gatos llorando todo el dia. Si, todo eso pasaria solo por que Nathalie sepa que contiene la maleta.

  - Adrien...– escucho la voz de alguien a quien no he visto en mucho tiempo– ¡Adrien! – no me da tiempo a voltearme y lo siguiente que siento es un fuerte golpe en la espalda que me hace caer al piso con alguien en mi espalda.

–Chloé me lastimas,¿si sabes que vivo de mi cara verdad?– le reclamo en un tono fingido a mi vieja amiga de la infancia, aunque la verdad estoy mas feliz que molesto ahora mismo, llevamos mucho tiempo sin hablar y me vendrá bien su compañía en este viaje, Chloé se ríe y se sienta en mi espalda moviéndose de más para provocarme dolor a propósito.

– Pues no me importa, como tu más vieja amiga tengo el derecho privilegiado de romper tu cara si así lo quiero, ¡Como se te ocurre dejar de hablarme por la...– Chloé está gritando, aunque parece pensar alguna palabra "apropiada" para referirse a Lila, si mis palabras no estuvieran siendo escuchadas minuciosamente por Nathalie yo mismo le diría algunos adjetivos, Chloé se rinde y suspira antes de hablar – por Lila.

– Ni yo tengo la respuesta a eso – susurro para que solo Chloé me escuche, acto seguido se levanta y me ayuda, y debo decir que mi espalda duele más de lo que pensé que lo haría, Nathalie nos empezó apurar Para que subiéramos al Avión privado que nos llevaría a todos a Nueva York. En el avión yo me siento en la ventana y Chloé a mi lado, Nathalie se fue a sentar en la cabina para "controlar que todo vaya bien con el avión" –¿por que vienes a Nueva York, Chloé? – le pregunto colocando mi maleta en el piso frente a mi.

– Papá cree que es momento de que me case, según el, si me caso y/o tengo un hijo antes de que alguien le gane la presidencia, por ley a él no podrían sacarlo y cuando el muera yo sería la siguiente presidenta – no digo nada, ya huelo por donde viene esto – y papá quiere que...– se queda callada un momento, le cuesta decirlo, y claro es lógico, a mi también me costaría – ¡quiere que tú me dejes embarazada antes de volver a Francia! Ya lo dije – suelta casi gritando y parece aliviada cuando termina de hablar, me causa gracia su reacción pero no soy capaz de reírme – Adrien, di algo por favor.– me dice casi en una súplica, yo suspiro.

Secuestrada por el malWhere stories live. Discover now