Romance

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-Ya me voy- dijo el pelinegro con desdén mirando fijamente a su padre y su amante sentados en el gran sillón de la sala de estar, la simple imagen hace que se golpee mentalmente por no haber abierto el portal desde la comodidad de su habitación para evitar la escena hipócrita de su amante fingiendo que quiere llevarse bien con él.

-Ten cuidado querido- esa voz chillona hacia que quisiera arrancarse los oídos, le daba igual con quien se relacionara su padre mientras no se acercaran a menos de quince metros de distancia. No le importaba mientras a él lo mantuvieran al margen, ya era lo suficientemente grande para saber diferenciar lo que era una relación y un simple amorío de unas cuantas semanas. Tenía 17 años y le daba igual con quien se acostara o no su padre, el también ya era grande como para estar detrás de él diciéndole que una relación toxica era como cabar un pozo sobre la tierra, no te llevara a ningún lado por mucho que te esfuerces en pensar en que así será.

-Como sea- respondió intentando sonar lo más insulso posible, sin tratar en lo más mínimo ocultar su rechazo.

-Nos vemos papá- se despidió del único ser que meramente quería en esa habitación, su padre tenía derecho a hacer su vida como se le pegará en gana, su desinterés solo lo hacía más sencillo para él, ya no era un niño no tenía porque preocuparse por explicarle que la lujuria llenaba la soledad.

-Nos vemos hijo, disfruta el viaje y compórtate, no les des dolores de cabeza a los maestros-

Damien solo asintió rodando los ojos como una costumbre vieja pero permanente que a veces realizaba de forma incluso inconsciente, sabia que estos pequeños detalles lo hacían una persona desagradable en muchos sentidos, pero a él que mierda le importaba de cualquier forma, tenía su pequeño grupo de amigos los cuales ya se habían acostumbrado a sus expresiones y actitudes aunque estas a veces llegaban a rozar lo molesto.

...

Con un solo chasquido ya estaba en la acera de su escuela secundaria, lo primero que pudo ver cuando la cortina de fuego se disipó por completo fue una enorme multitud de estudiantes los cuales hablaban animadamente entre si, perdidos en sus propios asuntos que no le incumbian ni interesaban, el ruido de miles de voces hablando a la vez llenaban por completo el ambiente haciendo este más ameno.

Buscaba con sus ojos de un brillantes rojo escarlata a su mejor amigo y compañero por el resto del campamento entre el tumulto de gente, tuvo que dar unos cuantos pasos adelante y estirar un poco su cuello para poder ver tenuemente una boina de color canela sobresalir sobre el mar de cabezas, un suspiro se escapó de sus labios tratando de ocultar la sonrisa que amenazaba con curvarse en estos. Camino hasta su objetivo empujando y chocando contra cuerpos conocidamente extraños, recibiendo uno que otro insulto los cuales le hicieron reír internamente.

-¡Phillip!- dijo el pelinegro casi gritando mientras levantaba una de sus manos moviendo esta energéticamente para llamar la atención del rubio. Todavía se encontraban a unos cuantos metros pero aún con todo el bullicio ajeno Pip pudo escuchar sobresalir la ronca y profunda voz del anticristo. Una sonrisa amplia de formó en sus labios al ver que Damien había decidido finalmente venir al viaje, ya estaba perdiendo débilmente la esperanza de tener compañía en esas dos semanas, resignandose a la idea de tener que estar todo el tiempo posible alerta para evitar cualquier tipo de incidente o situacion no deseada que podían crear sus compañeros hacia su persona.

Pip corrió felizmente hasta su dirección con unos cuantos "Disculpe, con permiso" de por medio que nunca fueron contestados pero que al fin y al cabo lo dejaron pasar.

-¡Damien!- exclamó eufiricamente el rubio abrazando fugazmente al pelinegro -Me alegra que hayas decidido venir-

Damien aceptó gustoso ese gesto de cariño que se había vuelto habitual a lo largo de los años.

○Dos semanas o un poco más○ DipOù les histoires vivent. Découvrez maintenant