𝕥𝕨𝕖𝕟𝕥𝕪

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Josh se marchó después de tres días, dijo que, más que nada, había ido allí porque tenía muchas cosas que pensar y que la ciudad ni sus padres le dejaban en paz, además quería pasar tiempo con nosotros antes de que nos encontráramos con una sorpre...

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Josh se marchó después de tres días, dijo que, más que nada, había ido allí porque tenía muchas cosas que pensar y que la ciudad ni sus padres le dejaban en paz, además quería pasar tiempo con nosotros antes de que nos encontráramos con una sorpresa que nos habían preparado para cuando volviéramos a Los Ángeles y que todo quedara patas para arriba. La verdad es que lo había visto muy distraído el poco tiempo que estuvo aquí, parecía en otro planeta y a veces lo veía muy concentrado pensando. Algo se tramaba, y por lo que vi, era algo que no les agradaría a sus padres.

Las dos semanas de luna de miel pasaron rápido, en un abrir y cerrar de ojos ya nos quedaban dos días para volver y en realidad no quería, ya que eso significaría regresar al trabajo, dar el examen de admisión para la universidad y comunicarle a mi madre lo que quería estudiar finalmente.

Sabía que mamá y Sarah me apoyarían, pero mis suegros… tenían muchas expectativas de mí y eran como mis segundos padres.

Le aparté un mechón de cabello a Sarah del rostro, siempre tenía el cabello cubriéndole los ojos y eso a veces me molestaba, no me dejaba verla en todo su esplendor. Aunque también era una buena excusa para acercarme a ella.

—Sarah, despierta, hay examen de matemática —le susurré al oído.
Se despertó de golpe y miró a todos lados, seguramente buscando a la maestra.

—¡Dios, no estudié, qué hago, voy a reprobar! —exclamó al borde de perder los nervios. Luego enfocó mejor la vista y se dio cuenta que seguíamos en el caribe, de luna de miel y que aparte eran vacaciones. Me dedicó una mirada asesina y salí corriendo de allí, estábamos en una hamaca colgada entre dos palmeras, en plena playa tropical.

La arena era blanca y el mar tan celeste como el cielo, corrí a través de ese fantástico paisaje sin mirar atrás, sabía de antemano que Sarah buscaría venganza por haberla asustado así.

No había muchos turistas por allí, hoy había un recorrido en canoas por las orillas del mar y la mayoría había ido allí. Así que aprovechamos el día para disfrutar de la playa sólo para nosotros, aunque Sarah se había quedado dormida nada más recostarse en la hamaca.

MARRY ME, jaden hosslerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora