Buena... ¿madre?

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Bakugo es padre soltero, tenía a una linda niña llamada Eri Bakugo.

Ya saben, madre que no quiso saber nada pero tampoco tuvo los sufientes… eh… ¿ovarios? Pará dejarlo en un orfanato decidió dar le al padre que no enterado.

Literal aparacio con canasta y todo.

Bakugo será muchas cosas pero no un desgraciado así que cuido a la pequeño a pesar de ser ellos dos con el mundo.

Un día, el Bakusquad decidió ir a la playa con la pequeña Eri de seis meses, se quedó con Mina mientras su padre hacía competencia con pelo de mierda para ver quien montaba la mejor ola.

No iba a fallar frente a su pequeña.

La cosa es que habían quedado en empate y disgustado Bakugo dijo todo a nada en la siguiente ola… lastima que este media trece metros… y que Bakugo no se dejaba vencer así.

– ¡BRO CUID–

Y antes de que la ola chocará con él vio a lo lejos los ojos asustados de su pequeña.

Ah mierda.

Cuando Katsuki recuperó la conciencia esperaba estar en un lugar donde los ángeles tocarán esos instrumentos de tortura con el coro de mierda y siendo juzgado para ir directo al infierno

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Cuando Katsuki recuperó la conciencia esperaba estar en un lugar donde los ángeles tocarán esos instrumentos de tortura con el coro de mierda y siendo juzgado para ir directo al infierno.

Pero lo que recibió fue todo lo contrario, una cueva.

¿Acaso la marea lo trajo hasta aquí?

– Pero que…  – susurro el rubio

Cuando el rubio siguió viendo el perímetro encontró otra presencia

Una presencia pequeña, desnuda del torso para arriba y… ¿escamosa?

– Ah carajo ¿aspire la sal marina?

Pero la crirarua lo miró extrañado y cuando subió un poco su cuerpo del mar para sentarse en aquella orilla rocosa vio una aleta

– Confirmó… el agua se me subió al cerebro

Sep, debe ser eso o como mierda me explica porque aquel chico de cabellos verdes y ojos enormes del mismo color tieme una aleta.

– Eres una… digo un… – es que joder ni siquiera es real, eso hubiera seguido pensando hasta que el ser tocó su mejilla – eres un Tritón

Ok este día no se podía tornar más raro.

– Te salve la vida, ahora te toca salvar la mía – dijo con una voz no tan aguda pero a la vez no tan grave, era un tocó melodioso

Olviden lo que dije.

– ¡¿E-Eh?!

– ¡¿E-Eh?!

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Katsudekutober 2020Where stories live. Discover now