XII

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—¿No hay forma de que puedas remediar eso y te den una segunda oportunidad?— preguntó Haseul subiéndose a la cama de Jungeun, esta última estaba empacando las cosas desde el suelo

—No, ya lo pregunté y me dieron un rotundo no— Jungeun le respondió tratando de hacer calzar la ropa que exactamente nunca se puso

—¿Y si vamos nosotras y le decimos que estaba todo planeado por todas nosotras?— preguntó Haseul, colocando su rostro mirando al techo y sus ojos clavados en él —No pueden expulsar a todas, nos necesitan y por eso puede que lo consideren, un simple castigo o una bajada de sueldo, no nos preocupa el dinero—

—No, Haseul, no se metan, a ustedes no las descubrieron y es mejor que no lo hagan, puede que de verdad nos vayamos todas nosotras despedidas— Jungeun seguía metiendo su ropa en la maleta, mientras intentaba que no se le mezcle con una de Yerim o Haseul

Ese sentimiento de estar empacando era algo de desilusión, no pensaba que iba a llegar a ser echada, hace años atrás no pensaba que era capaz de ser expulsada de algún trabajo, porque se sentía lo suficientemente responsable para no llegar a serlo nunca en su vida. La razón por la que fue echada no la enojaba, fue responsable en todo y en realidad lo único en que le falló, fue en algo que para ella no era un fallo, por lo que no se sentía tan mal, por suerte no fue de algo que ella se arrepintiera por el resto de su vida. Era la vida de Jinsoul, obviamente no se arrepentiría

Jinsoul, eso es en lo que más pensaba, en todo el tiempo que llevaba empacando ha estado pensando en Jinsoul, era obvio que no podía ir a visitarla por última vez, ni aunque le diga que luego no la iba a ver más y sería la última vez que pueda verlas, después en su vida la vería, ni aún así, Jinsoul no le permitiría el paso a su habitación para eso. Las preguntas de cómo estaría Jinsoul, qué hará, cuándo será su próximo laboratorio, todas esas preguntas la mataban por dentro con un solo nombre repitiéndose

—Debe haber una forma— Haseul seguía convencida de que Jungeun podía quedarse, que podían encontrar esa forma de dejarla dentro y pueda reparar el error —No te puedes ir así, sin luchar, todo el tiempo lo haces mejor que todos, mereces quedarte más que otros flojos—

—¡Tiene razón!— de repente Yerim irrumpió en la puerta, dando golpe en esta y gritando a viva voz —Tiene que haber una forma de mantenerte aquí con nosotras, tenemos que encontrar la forma de hacerlo—

—Ya les dije que lo intenté— Jungeun cansada lanza una última ropa a su maleta de forma bruta

—Pero podemos seguir intentando, ¿Por qué te rindes tan fácil?— Yerim se acercó a Jungeun, tenía una taza de té puesto que sabía que Jungeun no había comida nada desde el desayuno, estaba preocupada por ella, está bien que Jungeun fue echada y tenga que irse lo más pronto posible, pero tenía que salir alimentada —Toma tu taza, luego haré un plato de comida para cuando te vayas—

—Gracias, Yerim— dejó la taza a un lado, no sin antes dar un sorbo a esta, la dejó en la mesita de noche que ha estaba casi vacía

—Por cierto...— Yerim esperó que Jungeun terminara de tomar su sorbo de té para preguntarle —¿De verdad no puedes ir a ver a Jinsoul?—

—No, la seguridad ya no acepta la palma de mi mano. Ella tampoco me quiere ahí, así que técnicamente estoy prohibida— Jungeun respondió con lastima y después dio un sonado suspiro

—Ella...— Yerin esperó un momento para completar la frase —No la veo bien, está mal, no fue capaz de decirme una palabra más que gracias. Ocultó su rostro todo el tiempo entre sus piernas... ¿Segura que no puedes hacer algo para ir a verla y hablar un rato con ella?—

Experiment /LipSoul/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora