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El viento corría por sus cabellos grises, que estaban descuidados, un suspiro soltó mientras observaba el cielo, acomodando el cinturón con armas que tenía.

Ya habían pasado 3 meses de la 'muerte' (ehm, ya sabemos la verdad) de Charles Calvin, y aún así, seguia en un duelo constante. Solo uno que le estaba carcomiendo poco a poco.

No quiso tirarse por algo para ahogar sus penas, ya que sabía que Charles no desearía verlo en un estado deplorable y delicado si llegaba a una adicción causada por su perdida. Solo, sabía que él deseaba que fuera feliz, recuerda aún firmemente sus palabras de hace unos años. Y hasta ahora, las cree.

Esto era tan complicado para el como para Galeforce, ya que, eran extremadamentes cercanos al albino. Uno lo consideraba su hijo, y otro, la primera persona que lo hizo y hace sentirse especial.

Se unio al gobierno, ya que al menos quería una motivación para poder seguir aquí, un trabajo que al menos era bueno y lo reconocían como uno de los espías más cuidadosos, silenciosos, y de un rango importante rapidamente. No supo como llegó a eso pero, supuso que fue por algo de Charles, ya que no estaba en la armada.

Tenía varios compañeros en las misiones, más no se molestaba o interesaba en relacionarse algo con ellos, ya que su estado era tan delicado que, se encariñaria con ellos, estos moririan, y sería autosabotearse a un nuevo nivel. Sólo estaba cansado, quería bajarse de este tren emocional llamado vida. Recordaba constantemente lo último dicho por el ojirosado, cosa que aún lo perseguía en sueños, lo volvía simplemente miserable en un punto.

Pero por ello estaba cazando a lo que restaba de los Toppats, ya que oh vaya, ese tipo rubio si que no le iba a importar en el caso de que se queden miembros fuera de la nave. Jesucristo. Enfrentarse con la rabia e odio de este gran hombre, que era flacucho porque apenas comía, pero que ahora intentaba cuidar más su salud a memoria de Calvin, era un infierno puro. Sumamente estratégico, letal, quizás bien idiota a veces pero sabría como enmedar ello. Aunque nadie sabía nada de él, solo que era cercano a ese amado piloto, y que era un ex-criminal sumamente buscado por todo el país. Realmente, para este punto exacto de su vida, no le interesaba o causaba peso alguno estas acciones pasadas.

Seguía siendo millonario, aún cuidaba mucho de su querido diamante, pero no pensaba el dejar este empleo. No. Sólo no se le cruzaba por la mente esta dicha idea.

Aunque ahora, se dio cuenta que estaba perdido en sus pensamientos. Lograron capturar a otro pequeño grupo, sus manos estaban llenas de sangre, propia y de otras personas. No le causaba ningún impacto. Estaba tan acostumbrado a lastimarse y a lastimar a ciertas personas para terminar el trabajo, que si aún no deseaba esto, ya que tenía empatía y para serte sincero sólo quería dejar de sufrir, debía seguir con esto como si nada, le costaba tanto poder mantener esto pero lo sobrellevaba tan bien que no importaba. O no lo hablaban.

Ahora, estaba en el helicóptero de un nuevo piloto que se le asignó. Era tan especial como Charles, solo escuchaba las órdenes que daba y pedía de su ayuda. No eran cercanos pero, al menos tenían una buena comunicación.

Últimamente, no comprendía ninguna cosa, intentaba hacer lo mejor que podía, sabía que él albino tambien solía hacerlo.

Eran tan propensos a cometer errores, podrías decir que hasta fue una disposición por parte de ambos.

Lo que no sabía es que el menor deseaba disculparse por todas las lágrimas que derramó, deseaba que las cosas fueran diferentes. Pensó vagamente mientras miraba sus manos, escuchando a la distancia las voces de sus compañeros charlar de casi cualquier cosa, se sentía extrañamente... vacío, como se sentía hace varios años.

ժօռ'է բօгցεէ ձъօսէ ოε. (Henry x Charles)Where stories live. Discover now