Monstruo.

Capitulo 17.

Lo que había pasado hace unos momentos realmente lo había afectado. Sabía que aquello se quedaría tatuado en su mente y en su vida para siempre. Era el tipo de cosas que no se olvidan de la noche a la mañana. Aunque no sabía si aquello lo podría olvidar en algún momento.

Pero eso no importaba ahora.

Tenía otro objetivo en su mente ahora.

Debía buscarla. No sabía donde y no sabía como, pero definitivamente la tendria de vuelta fuese como fuese. No sabía si ella lo aceptaría de vuelta despues de tanto tiempo, pero no le importaba. La quería con él. No importaba el precio.

-¿Liam?

Él no se giró. Seguía mirando atraves de la ventana, su vista fija en el mar infinito, las olas golpeaban la arena y el sonido que emitía lo relajaba.

-¿Liam, estas seguro de esto?.- preguntó su amigo, Jack, quien estaba detrás de él.

-Por supuesto.- respondió.

-Creo que te estas comportando como un idiota.- espetó su amigo rubio.- Un imbécil.

-No me importa, Jack. La quiero conmigo.- replicó.

Jack soltó un siseo negando.

-Claro, que oportuno.- musito con amargura.

Liam no se molestó en dirigirle una sola mirada. Sabía que, tal vez, lo que hacía estaba mal pero ahora no le importaba en lo absoluto. Estaba cegado por la desesperación y el dolor que sentía que ya nada le preocupaba. Ante el silencio de su amigo, no le quedó otra que estar a su lado y apoyarlo,  Jack suspiró con rendición.

-Bien, como quieras. ¿Que vas a hacer?

Él sonrió un momento, una sonrisa que anunciaba problemas. Pero despues se puso serio con una mirada determinada. No sabía los problemas que le acarrearían su decisión y no le interesaban.

Ahora solo te interesaba una sola cosa.

-Voy a encontrarla.

((((*****))))

El presente.

-¿El ajo?

-Falso.

-¿Los espejos?

-Falso.

-¿El agua bendita?

-Falso.

-¿El sol?

-... entre cierto y falso.

-¿Como es eso?.- cuestionó riendo.

-Bueno, no mueren carbonizados al estar en contacto con el sol, sino mas bien sus pieles empiezan a brillar por alguna extraña razon.- respondió acomodandose mejor en la cama en la cual habían estado acostados aproximadamente una hora.

-Vaya, esto si que es increíble.- musitó él acomodando sus brazos detras de su cabeza.- ¿Los poderes?¿Pueden volar, ser veloces y fuertes?

-Volar no, pero si pueden saltar muy alto gracias a la gran fuerza que poseen. Son muy veloces también.- respondió.

-¿Y pueden hacer algo mas?¿Como hipnotizar a las personas?¿O... convertirse en murciélagos?.- preguntó con voz graciosa.

Elizabeth soltó una carcajada.

-No, no pueden convertirse en murciélagos.- aclaró riendo.

-¡Bah! Que estafa.

-Pero, cada vampiro posee un don en especial. Un don que solo les pertenece a ellos nada mas.- comentó.- Por ejemplo, Edward. Él puede leer la mente.