C 3

149 17 2
                                    

Joel y yo nos encontrábamos tumbados sobre su cama, su hermano menor Gabriel tocaba la batería en el garaje causando la irritación del pelinegro.

—¡Gabriel cállate ya!—gritaba desquiciado a su pobre hermanito que no hacía más que practicar con el grupo musical que tiene.

Por supuesto a Gabriel le importaba un cacahuate lo que su hermano mayor opinara, hasta creo que tocaba más fuerte.
Joel se levantó de la cama y cerró la puerta de un portazo, yo prefería no opinar nada al respecto, si no, Joel me correría de aquí y yo estaba muy agusto entre sus sábanas negras traídas de Estambul.

—Y bien, ¿Cómo estuvo la cita?—me preguntó, en su rostro había una sonrisa maliciosa, se lanzó a la cama cayendo a mi lado. Joel me miraba analizando cada movimiento o cada palabra que fuera a decir.

—¡Al principio fue horrible! Me llevó a Coney Island, pensé que me estaba secuestrando—dije, histérica.

Joel soltó una carcajada.—No seas exagerada—comenzó a introducir su dedo en mi nariz molestándome como siempre.

De un manotazo quité su mano de mi orificio nasal, Joel sacudió los dedos quejándose.

—Duramos como una hora en carretera, ni siquiera sabía a donde íbamos, de verdad me asusté.

—Siento mucho que te sintieras así, me hubieras llamado o enviado un texto. Te aseguro que yo iría volando si te sientes en peligro—hizo una mueca.

—Gracias—murmuré, acerqué mi nariz a la suya y ambos las movimos rozándolas.

—Comieron muy elegante por cierto—se quejó.

—¿Tu como sabes?

—Christopher me contó que pidieron un vino carísimo y una carne rara que también costaba un ojo de la cara—alegó muuuy ofendido.

No entendía por qué a Joel le ofendía la cuenta, parecía que hasta había pagado el.

—¿Christopher te lo contó así? No parecía que le pareciera costoso.

—Claro que no porque ni siquiera...—Joel se detuvo de inmediato y tragó saliva—porque ni siquiera tiene carencias económicas—completó.

Decidí ignorar el extraño comportamiento de Joel y me dediqué a seguirle contando de nuestra cita.
Mi mejor amigo me escuchaba muy atento y yo estaba feliz recordando aquel atardecer junto al castaño.

—Al final fue estupendo, si te soy sincera—bajé la mirada apenada.—me olvidé por completo de Zabdiel.

—Impresionante, me estás diciendo que te gusta Christopher Vélez—movió las cejas de forma pícara.

De inmediato abrí los ojos enormemente y me defendí.

—Por supuesto que no—negué efusivamente con la cabeza.— el único que me gusta es Zabdiel y nunca me fijaría en nadie más.

—¿Cómo estas tan segura?

—Porque amo a Zabdiel y es el amor de mi vida y punto final.

—¿Entonces no quieres volver a salir con Chris?—Joel hizo un puchero.

Me quedé callada, porque la verdad es que si quería volver a salir con el. Pero era demasiado orgullosa para admitirlo, ademas sentía una gran culpa de que le estaba fallando a Zabdiel.

—Solo digo que Christopher fue una buena compañía, es agradable—le dije, queriendo sonar convincente de que el tipo no me interesa.

—Me llena el corazón saber que has dado un paso, no te cierres ni te hagas la dura, yo también estoy de acuerdo en que Chris es una buena persona y te hará bien tenerlo cerca. Anda acepta salir de nuevo con el, si después de la segunda cita decides no verlo más voy a respetar tu decisión. Lo prometo—Joel sonaba muy serio al respecto, no había ni una pizca de broma en sus palabras como suele hacerlo. Tenía razón, no perdía nada con salir otra vez con Chris, supongo que en una segunda cita podremos conocernos más.

No Sabía Que Eras Tú #1|C.V.|TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora