Enamorado De Verdad - ©KIRIBAKU~ ©BAKUKIRI~

💥7💥

Jueves. 15:30.

Aún duele... Pensó Kirishima, sobando su estómago, no le había dado tiempo suficiente esa mañana para endurecer totalmente su abdomen cuando Bakugo, exasperado, le propició una explosión allí. Aunque no puede evitar reír cuando lo recuerda.

- Muy bien Kirishima, del otro lado está Daniel, ve - dijo Aizawa, recostándose en la pared a un lado de la puerta, dispuesto a tomar una siesta -

- Solo puedes hablar con él por unos minutos, si pasa algo, solo ven a avisarnos - dijo uno de los dos guardias que protegían la entrada -

Kirishima se limitó a asentir, dándole una sonrisa a su sensei; aún no entendía por qué habían guardias vigilando la entrada, pero no le dio tanta importancia. Más que nervioso, se encontraba ansioso por ver a Daniel, ha pasado casi una semana desde que sucedieron todos los hechos. La imagen de Daniel explotando al frente de él se repetía una y otra vez en su cabeza, su expresión, ah, era horrible recordar eso.

Cuando atravesó las puertas de entrada, todo estaba muy oscuro, casi no se veía nada, a excepción de unas pequeñas luces led que estaban pegadas a la pared, eran luces de colores, parecía que estaban decorando una especie de ¿Acuario?, aunque a esa distancia no se veía ningún pez, quizás porque estaba demasiado oscuro, "Dónde estará el interruptor de la luz", pensó en voz alta.

- Oh, ya llegaste... - dijo una voz femenina desde una esquina de la habitación -

- Ah, hola, ¿Usted es la doctora? ¿Dónde está Daniel? - preguntó Kirishima buscando en la penumbra de dónde provenía dicha voz; se le hacía algo conocida -

- Déjame encender la luz - y así fue, poco a poco la fuerte luz blanca iluminó toda la habitación, dejando ver perfectamente el rostro de la doctora Tatiana Reyes -

- ¿¡Q-qué hace usted aquí!? ¡Debería estar tras las rejas! - dijo dispuesto a salir de la habitación para decirle a Aizawa -

- Tranquilo, joven - dijo con ironía en su voz - Recuerda que yo soy quien debe reconstru... - la doctora fue interrumpida por una voz muy alegre -

- ¡Kirishima! ¡Me alegro mucho de verte - el pelirrojo giró su mirada poco a poco hacia lo que él había llamado "acuario" -

Los ojos de Kirishima se abrieron mucho por la sorpresa, dejando a un lado a la bruja doctora y corriendo hacia el cristal para poder creer lo que estaba viendo; cierto rubio sonriente se encontraba del otro lado del vidrio, con una linda sonrisa que llenaba a Kirishima de vida.

- ¡Daniel! - dijo con entusiasmo -

- Así es - sonrió, pero esa sonrisa de Dani duró muy poco al ver como la expresión de Kirishima comenzaba a volverse tristona, y emitir sollozos ahogados - ¿Estás bien? - preguntó preocupado, acercándose más al vidrio que los dividía -

- Lamento... Mucho no haberte podido... - sollozó - ... Salvar - dijo finalmente para romper en lágrimas, pegando la frente al cristal y dejando que su peso lo llevara a resbalarse hasta caer en sus rodillas -

Era horrible la imagen que Kirishima conservaba de Daniel minutos antes de su "muerte", cada vez que le veía el rostro no podía evitar la sensación de un gran peso que cargaba en su espalda al no haber podido cumplir su trabajo como héroe. ¿Cómo se supone que va a estar a la par de Bakugo si no puede salvar a las víctimas?

Daniel se sintió demasiado culpable, volteando a mirar a su madre en busca de ayuda; esta le hizo una seña con su mirada, para que ayudara al pelirrojo, pero Dani no sabía qué hacer; pero, en un momento de memoria, recordó que él también se había sentido así cuando la agencia de héroes llegó al rescate hace poco menos de una semana.