Atleta (corredora)

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Todos los que conocían a Crepa Crowley sabían que ella tenía madera de atleta olímpica: buenos tiempos al correr, gran condición física, disciplina, y sobre todo amor por el deporte

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Todos los que conocían a Crepa Crowley sabían que ella tenía madera de atleta olímpica: buenos tiempos al correr, gran condición física, disciplina, y sobre todo amor por el deporte. No había día en que la chica no cumpliera religiosamente con su horario de entrenamiento, desde trotar a la mañana temprano por el parque hasta las dos horas diarias en el gimnasio de su entrenador, Michael.

-Crepa, por favor, ¡piénsalo de nuevo! Serías una gran adición al equipo olímpico de este país, es más, ¡tienes el deber patriótico de mostrarles a estos palurdos que eres la más indicada para representarlos!

-Michael, por favor, no empieces otra vez...

-Sí, voy a empezar de nuevo hasta que entres en razón- se empecinó Michael ceñudo, mirándola a los ojos.- Yo sé que en el pasado tuviste una mala experiencia con tu antiguo entrenador, y que estuviste a punto de sufrir una lesión permanente por sus exigencias alocadas. Pero eso ha quedado atrás, tú te has recuperado y yo no soy el tipo de hombre que presiona a su pupila hasta que se derrumba. Así que, ¿por qué no intentarlo?

-Porque el mundo competitivo es demasiado para mí- finalizó Crepa la discusión, mientras juntaba su equipo de gimnasia y se aprestaba para irse.- Ya sé que tú nunca me tratarías como mi antiguo entrenador lo hizo, pero de todas formas no quiero hacerlo. Corro porque me gusta hacerlo, me gusta estar en forma y dictar mis propias reglas, pero no pienso someterme nunca más a esa locura competitiva.

-Crepa...- Michael lucía algo decepcionado, por lo que Crepa le tomó las manos y le dijo con amabilidad:

-Escucha, Micky, te quiero mucho y confío en ti como no te imaginas. Pero no me pidas que haga algo que no quiero. Soy feliz corriendo y entrenando aquí contigo, con David y Olivia, y no necesito entrar a ninguna competencia para probar nada, ni para ganar dinero. Si lo hiciera probablemente ya no lo disfrutaría. ¿Lo entiendes?

-Claro que sí... te entiendo muy bien, Crepa. Discúlpame, no quería presionarte ni nada de eso. Solo me pareció buena idea porque en verdad tienes talento... sería lindo que todos lo vieran.

-No te preocupes. Lo ven las personas que cuentan, que son tú, mis amigos, mi familia. Me ven activa y contenta, a veces me acompañan en mis rutinas y todo... ¿recuerdas cuando Terry quiso inscribirse para acompañarme? El pobre apenas sabe distinguir un aparato de otro, pero tuvo voluntad por amor a mí.

-¡Jajaja, sí, y recuerdo cuando fuimos a correr los tres y tuvimos que parar como cinco veces para descansar!- contestó Michael con una carcajada sincera.- Diablos, Crepita, supongo que he sido un poco tonto al pensar que la fama te gustaría más que tu vida actual. ¿Eres una chica increíble, lo sabes? Otra con tu talento no dudaría en lanzarse al programa olímpico, aunque eso le signifique sacrificar su tiempo y su energía.

-Bueno, cada quien es feliz a su manera, y yo soy feliz así.- El ruido de una moto los interrumpió y la joven sonrió de oreja a oreja, colgándose su mochila al hombro.- Neil vino por mí, ¡será mejor que me de prisa! Quedamos en cenar juntos esta noche y tengo que pasar por el departamento antes para cambiarme.

-De acuerdo, ve con tu novio. Oye, por cierto... ¿te veo mañana al mediodía para una sesión de trote en el parque?

-Por supuesto. ¿Por qué dejaría de ir si adoro hacerlo?- contestó con un simpático guiño, antes de salir del gimnasio y correr hacia Neil.

CrepaversoWhere stories live. Discover now