CAPÍTULO 5❈ REPENTINA APARICIÓN ❈
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— ¿Qué tal si vamos a cenar a algún restaurante para celebrarlo? — Le pregunto al hombre junto a mi, aquel sujeto de grandes músculos y sentimientos inquebrantables. — ¿O es muy apresurado? — termino alejándome un poco de él para jugar con mis dedos nerviosa.
— ¿Eh? A mi me da igual, si quieres ir vayamos. No veo nada de malo. — Replica y yo sonrío al instante. Me dejo caer sobre el regazo de Yami y este no tarda en llevar sus dedos hacia mi cabello para acariciarlos mientras da calada tras calada a su cigarro. — Tres meses, Huh. — Suelta de pronto y no puedo evitar dirigir mis ojos hacia los suyos los cuales no tardan en encontrarse con los míos.
— Sí, ¿Quién lo diría? Ya han pasado prácticamente cinco meses, debería empezar a hacerme la idea de que jamás me encontrarán aquí. — Mis palabras le causan gracia porque ríe bajo antes de deslizar su mano hacia mis mejillas y apretarlas con demasiada fuerza.
— Te dije que aquí sería imposible de rastrearte.
— Oh, ahora me dio miedo. — Dije burlesca intentando articular palabra con mis mejillas siendo aplastadas por completo. — ¿Me secuestraste? — Cuestiono.
— No, Tú decidiste venir aquí así que ahora te quedas para siempre. — Sus palabras me hacen reír alto y por fin libera mis mejillas, me acomodo de mejor forma quedando sentada sobre él. Su mano toma su cigarro y lleva ambos brazos alrededor de mi cintura para pegarme a él.
— Bueno, sí no hay otra opción supongo que tendré que acostumbrarme a ver tu cara todos los días. Que desgracia. — El sarcasmo se desborda en mis palabras y mis manos no paran de hacer nudos en su cabellera azabache.
— ¿Te muestro lo terrible que puede ser una verdadera desgracia? — Musita y yo dirijo mis orbes hacia sus ojos donde se denota el doble sentido. Bufo acercándome hacia sus labios para dejar un casto beso sobre estos.
El olor a nicotina nunca me había parecido tan exquisito como ahora.
— Enséñame todo lo que quieras. — Susurré contra estos y apenas terminar de hablar volvió a juntar sus labios con los míos. Me deleitaba con sus caricias y pequeños apretones que daba sobre mi cintura. Algo que jamás había sentido ahora se volvía adictivo.
— ¡AH! ¿¡Qué están haciendo!? — Empujo a Yami hacia atrás e intento quitarme sobre él de inmediato. Me quedo sentada a su lado con la respiración entrecortada y mis labios entreabiertos. Ante mis ojos puedo observar a Asta con las mejillas rojas y como todos los miembros de la orden venían corriendo detrás de él.
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𝐃𝐨𝐦𝐚𝐝𝐨𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐓𝐨𝐫𝐨𝐬 𝐍𝐞𝐠𝐫𝐨𝐬. [ʏᴀᴍɪ ꜱᴜᴋᴇʜɪʀᴏ x ʀᴇᴀᴅᴇʀ][ʙᴄ] ✔️
Fanfiction¿Imaginaron alguna vez observar al Capitán de la Orden de los Toros negros nervioso e incapaz de afrontar una situación? Sería algo que ni en un millón de años te habrías imaginado; no obstante, es mejor que te vayas haciendo la idea porque sino ter...