♦ Lunes ♦

1.9K 170 323
                                    

—¡Aaaaaaaaaaah! ¡¿Porqué no me despertaste?!—Le grité a mi hermano mientras me vestía lo más rápido posible, una vez más me levanté tarde para ir a la escuela. Sentí como mi corazón quería saltar de mi pecho.

—¡Intenté despertarte! Pero me ignorabas—Me reclama Yuta, mi tonto hermano menor desde el piso de abajo, Yuta tiene la magnífica habilidad de despertar temprano.

Me encanta salir a correr por las mañanas pero odio levantarme temprano.

Levantarse temprano está sobrevalorado.

—¿Porqué no vas a Kibougamine en mi lugar?—Lloriqueo al mismo tiempo en que cepillo mi cabello, al terminar bajo a la cocina y tomo un pan tostado con mantequilla.

—Me encantaría ir a Kibougamine pero solo puedo permitirme el curso de reserva—Me contesta Yuta con fastidio. Siempre he creído que él sería mejor alumno que yo, por fortuna puede ir a la clase de reserva gracias a lo que gana en los torneos. Al menos vamos juntos a la escuela, eso me pone muy feliz.—¿Qué haces tonta? Puedes almorzar en clase.

—¡Pero tengo hambre!

—¡Tú siempre tienes hambre!

—¿Y saberlo hará que me llene? Andando hermanito, comeré por el camino.

Correr mientras desayunas está infravalorado.

Yuta y yo siempre corremos en vez de usar algún transporte. No sólo es un buen ejercicio, sino que también despierta tu cuerpo, agita tu mente y no gastas en gasolina.

Pero por alguna extraña razón, mis compañeros de clase no entendían mi rutina. Sólo Sakura está de acuerdo conmigo. Aparentemente eso de correr a primera hora de la mañana no es del agradado de muchos, que raro ¿no?

¿O soy yo que vivo siempre con la mente agitada? Nah.

Y ahí estábamos, corriendo por las calles de la ciudad, yo con mi tostada en la boca. Tras una media hora, ya estábamos en la puertas de Kibougamine. Me despedí de Yuta con un fuerte abrazo, él se encaminó por el edificio de la clase de reserva y yo directo a mi salón.

—¡Buenos días mi gente, ¿qué tal amanecimos hoy?!—Grité con mi sonrisa de los lunes.

—¿Quieres callarte? No contagias a nadie con tu humor barato—Me responde Touko con su actitud de Doña Amargada, a estás alturas me lo tomo para bien; sé cómo fastidiarla.

¡Modo fastidiar a Touko activada!

—¡Buenos días, Fukawa!—Me acerqué a abrazarla, sentí sus delgados brazos retorcerse como fideos, cosa que me dió risa.—Jaja, necesitas más afecto.

—¡A-Aléjate de mí, tus tetas de plástico aplastan mi pecho!

—Querrás decir, que mis tetas aplastan tu espalda adelantera.

—Iiiiiiiiiigh ¿quién te crees, maldita bruja?

Hey, burlarse del aspecto de los demás está mal, pero ya que Touko hace mucho incapié en eso, entonces yo también puedo ¿no?

—¿Se puede saber que está pasando aquí?—Dijo Sakura. Chispas, ni me dí cuenta que estaba aquí. Solté a Fukawa para abrazarla con todas mis fuerzas.

—¡Buenos días Sakura!—Me gusta ser afectiva pero con Sakura es diferente, me gusta tenerla cerca y llamar su atención como una niña. Sé que suena infantil pero me gustaba hacerlo de todas maneras.

Sakura logra ponerme de buen humor nada más por estar cerca.

Y sé exactamente porqué. Porque desde hace un año tengo su nombre guardado en mi corazón, pero lo nuestro nunca pasará de una amistad; con Sakura estoy condenada a ser su mejor amiga, es genial de no ser porque desgarra un poco dentro de mi pecho.

♦ El Camino que Rechacé ♦ (ToukoMaru) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora