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Madison Clayton

Dos meses más sin saber de él, teniendo un total de cinco meses sin tenerlo en mi vida.

Todas las esperanzas ya las estábamos perdiendo todos.

-Buenas señorita- me saludo su secretaria

Solo sonreí aunque era más una mueca y fui directo a la oficina de Mark.

Claramente mire su puerta esperando que saliera sonriendome.

Quería abrazarlo, lo necesitaba a mi lado.

-Lamento pedirte que vinieras aquí- me abrazo y podía sentir su dolor también ante todo.

-Toma asiento- señalo la silla frente a su escritorio

- ¿Porque me citaste aquí?- estaba aguantando mis ganas de llorar

Todo me recordaba a él en este lugar.

Es como si su presencia estuviera presente.

-Ya se detuvieron todo tipo de búsqueda, Alexander será declarado oficialmente muerto hoy en la tarde ¿estarás presente en la conferencia?- sentí un nudo en mi garganta mientras me negaba

Cerré mis ojos para llorar en silencio.

No quería aceptarlo.

No podía aceptarlo.

-Ven -se paró a mi lado ofreciéndome su mano la cual tome

Nos dirigimos a su oficina.

-No estoy lista- lo mire con unas ganas inmensa de llorar

-Debo entregarte algo- hizo que entrara a su oficina

Pude oler su perfume, todavía estaba impregnado en toda la oficina.

Todo estaba tal como él siempre lo dejaba.

Mark se alejó de mí mientras buscaba algo en su escritorio.

-Él había comprado esto para ti- me paso una caja de terciopelo

-No puedo- lo mire llorando

-Piensa que esto te hará sentir más cerca-susurro brindándome el apoyo necesario para abrirlo

No podía dejar de llorar.

Cuando abrí la caja había un collar muy hermoso.

-El pidió que lo hiciera, pensando en ti- miré a Mark y el tambien estaba llorando

-Me ayudas- sonreí un poco

Los dos teníamos que apoyarnos mutuamente ya que perdimos a una de las personas que más amamos.

-Claro- sonrió mientras tomaba el collar en sus manos

El collar era bien sencillo tal y como a él le gustaban las cosas.

-Te queda hermosos- miré a Mark y era inevitable llorar.

Con cuidado lo abrace mientras lo dos sollozamos.

-Es mi culpa todo esto, no debí enviarlo a ese viaje- se lamente abrazándome fuerte

-No es culpa de nadie- aclare mientras mantenía nuestro abrazo

-Si tan solo hubiera sido yo él estaría aquí feliz contigo y sus hijos- se alejó mientras limpiaba su rostro

-Claro que no, él estaría igual de destrozado que tú. Ustedes se amaban, parecían un matrimonio- rei al confesarle mis pensamientos

-Sabes que tienes mi apoyo siempre y velaré por su bienestar hasta que me muera- tomo mi mano y asenti

No le podía decir que no, ya que es su manera de no sentirse culpable

Mr. Alexander BlakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora