IX

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Estaba yo leyendo el otro día
cuando un poema llamó mi atención.
La gente que comentaba decía
que les impactaba su inspiración,
obra maestra de la poesía,
¡mas solo un pedazo de aberración
a mi sutil gusto le parecía!

No poseía ni rima ni métrica,
era horrible,  aburrida, sosa y tétrica.
El autor decía ser vanguardista,
pero distaba mucho de un artista,
tal así como la vanguardia dista
de la poesía bella y real
carente de versos que suenen mal.

Mas, ¿cómo es posible que ciertas
personas rescaten de aquello
que es bueno, que es lindo, que es bello?
¡Y no son mentes inexpertas!
Se jactan de ser grandes críticos,
¡Ja! ¿Dónde está lo hermoso?, digo,
¿es que acaso serán idiotas?

¿Innovadores? Mis pelotas.
Vallejo era un genio, cierto;
en Dados Eternos, se nota.
¿Por qué, siendo él un experto,
creando poemas reales,
decidió escribir vanguardia?
¿O es que no estaba en sus cabales?

Sin embargo, ya los dejaré en paz,
porque es tiempo de hablar de otras dos cosas.
¡No se pueden hacer rimas preciosas
a costa de desinencias verbales!
“Amé, caminé, soñé”, cosas tales
dejan toda dificultad a un lado,
y otros como “hablado, aumentado”...

La rima me surge del corazón,
yo creía que tenía un gran don;
pero, navegando por internet,
encontré un concurrido sitio web
donde escribes un vocablo cualquiera
y te ofrecen una página entera
llena de palabras con las que rima.

¿Por qué nací, Dios, en esta era,
oh, donde quien sea que oprima
un botón escribe poemas
sin ningún tipo de problemas?
Dejen de escribir esas cosas,
que ofenden a los grandes maestros
y hasta avergüenzan a los nuestros.

Entre las redes de un poemaWhere stories live. Discover now