Golden Wind

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AU: Good end, todos sobreviven

-Dios, hace demasiado calor.

-Me derrito.

Narancia y aquella joven mujer se encontraban echados en el mueble de los cuarteles, usando un abanico para ventear al otro con bastante pereza. Era un día bastante caluroso en Italia, y ninguno de los dos lo estaba pasando bien.

-Fugo ¿aún quedan helados en el refri?

-Mista se comió el ultimo.

-¡Agh~! Maldito Mista, pegaré un número 4 en su habitación.

-¿Qué les pasa a ustedes?.- Abbacchio se sentó en el sillón a su lado como si nada, con una copa de vino entre sus dedos.

-¿Acaso no tienes calor?

-Arruinaría mi estilo.

-Debí suponerlo...- Narancia y la fémina miraron al peliblanco con una mueca ¿acaso no tenía calor con esa vestimenta?-. Tal vez sea el escote... te mantiene frescas las boobies.

-No son boobies, y esa no es la razón.

-Si lo son ¿verdad Fugo?

-No comentaré nada acerca de eso.

-¿Todos están aquí?.- Bruno entró a la sala, mirando a sus dos subordinados con una ceja alzada-. ¿y ahora qué sucede?

-Bruno, el escote de tu traje te mantiene fresco ¿verdad?

-Uhm... bastante, es una ventaja.

-Mantiene frescas las-

-No lo digas.

-Las boobies.- Bruno soltó una risita contra su puño ante aquello mientras Abbacchio gruñía desviando la mirada ¿y esos eran los mafiosos más temidos de Italia?-. Es que Abba no lo quiere aceptar.

-Bueno... en realidad, tal vez lo sean, y si, me mantiene fresco

-¡Te lo dije!

-Harás que se enoje.- Fugo simplemente siguió leyendo, intentando no prestarles atención-. Aunque... están uno a uno, te faltaría la opinión de alguien más para decir que es cierto.

-¡Giorno!

-Salió con Mista, deberían volver pronto.- Comentó Narancia, acercándose más a la fémina para que lograra abanicarlo lo suficiente-. Ojalá traigan algo frío...

-Si... hasta eso, Bruno ¿tendremos una misión hoy?

-En realidad de eso venía a hablarles, ya que Don Giovanna se encargó de las reuniones estamos libres hasta próximo aviso.

-¡Genial!.- El pelinegro menor gritó junto a la fémina, los dos cayendo nuevamente en el mueble.

-¿Estás seguro? ¿no hay que adelantar trabajo?

-No Fugo, todo está en orden.

-Vaya... un día libre después de tanto tiempo, es algo extraño.

-¡Llegamos! Y trajimos helado.- La voz de Mista alertó a todos, siendo Narancia y la fémina los primeros en ir a recibirlos-. Es una disculpa por haberme comido el de ustedes, Giorno me hizo recapacitar así que les compré dos a cada uno.

-¡Nuestro salvador, nuestro signore!

-No es la gran cosa.- El rubio desvió la mirada con una pequeña sonrisa, rascando su mejilla. Cuando pudieron derrotar a Diavolo no pudo estar más agradecido con aquellas personas, y poco a poco había aprendido a ser más expresivo con ellos-. Trajimos para todos.

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