❀;; Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 3

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Gaara abrió la puerta lentamente, por el silencio profundo de la madrugada se pudo escuchar de forma perfecta el rechinar de la entrada de su antigua casa.

Mantuvo su vista hacia el frente por varios segundos, perdiéndose en la oscuridad del pasillo que lo conducía a la cocina y sala principal; por último las escaleras para ir al segundo piso.

Parecía la escena de una película de terror, si tan sólo no fuera de madrugada no sentiría su cuerpo temblar, pero no pueden hacer nada contra el tiempo, el avión se tardó lo que se debía tardar para llegar a Sunagakure.

Tomó aire para obtener el valor y ánimo suficiente para entrar; comenzó a adentrarse a su casa con una maleta en su mano derecha.

Sus pasos resonaban por todo el pasillo lúgubre, sintió un escalofrío al ser abrazado tanto por la oscuridad; observaba detenidamente el corto pasillo, dándose cuenta que nada había cambiado por completo, seguía siendo tan solitario, monótono.

Al girar con lentitud su cabeza hacia la derecha, pudo encontrarse con el comedor; al parecer una mesa redonda seguía ahí, mientras que la mayoría de muebles fueron llevados a Konoha, pero muy pronto estarán otra vez en Suna.

Tratando de ignorar las tinieblas de la casa, se tragó la nostalgia amarga que le causaba el estar allí otra vez; siguió su camino marcando como destino el segundo nivel, caminando en completa opacidad, por alguna razón no tenía los ánimos suficientes para buscar el interruptor y así llenar de luz su hogar de antaño.

Su cuerpo se movía por su cuenta en busca de donde reposar, un lugar solitario y oscuro para poder soltar su dolor emocional. Su mirada estaba apagada, pero no importaba si nadie lo veía, su cuerpo tiembla ligeramente por los recuerdos que llegan a su mente con cada escalón que sube; cada segundo, cada minuto, cada hora, día, noche, semana, mes y año de su niñez.

Podía recordar todo a la perfección, algunas escenas con completa ternura, otras con melancolía, mientras que las más profundas lleno de dolor y desconsuelo.

Lo único que quería era olvidar, pero al parecer no funcionó. En realidad lo que debía hacer era superar, pero ahora, con el decaimiento que tiene por la ausencia de Lee es más que imposible.

Abrió la puerta de su habitación, dirigió sus pupilas a su cama, notando que estaba llena de polvo; dejó caer su maleta en la entrada de la habitación al mismo tiempo que buscaba el interruptor en la pared con su mano izquierda.

Al encender la luz, se adentró a las cuatro paredes decidido a limpiar su cama; no tardó más que diez minutos, al parecer llevaba la maleta equivocada, pues adentro de esta no había ropa, sólo sábanas, sin embargo eso le ayudó para cumplir con su objetivo.

Su cama parecía nueva, soltó un suspiro cerrando la puerta. Luego caminó al colchón y se dejó caer con completo cansancio, quería dormir, pero le daba miedo tener algún sueño extraño otra vez; quería descansar pero el pensar que ahora está en el lugar donde vivió tantas cosas amargas solamente le causa un malestar en su estómago impidiendo que sus ojos puedan cerrarse por completo.

Cerró sus ojos hundiendo su rostro en la suave almohada que lo acompañaba; seguía pensando en ese extraño sueño, incluso aún podía sentir esa sensación de desesperación por no tener voz, la frustración de sentirse como un inútil.

Además, estar en su antigua habitación completamente vacía no le ayudaba mucho a su mente, solamente le hace pensar que, hace años atrás; los dedos hipócritas de su tío estaban acariciando su cabello rojo tratando de tranquilizarlo, sintiendo "preocupación" por verlo en un estado deprimente.

Apretó sus dientes reteniendo la sensación de culpa y traición; con ambas manos sujetó fuertemente las sábanas de la cama mientras que presionaba más su rostro contra la almohada.

Daré Todo Por Ti | LeeGaa | 愛Where stories live. Discover now