Fueron 20 días, donde día a día Yuta investigaba la desaparición de su novia, y a ella le dedicaba cartas, aunque él bien sabía que la chica nunca las leería, o tal vez sí, si en su corazón hubiera una pizca de esperanza.
1-#YutaNakamoto
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Las mejillas de Yuta estaban húmedas gracias a las lágrimas que salían de sus rojos ojos.
Oyó ese típico sonido de notificación, pero no era cualquier sonido, no, él había puesto una canción corta en particular para cuando le llegara un mensaje de Akira, por lo que se sorprendió cuando escuchó la notificación. "¿El número de Akira no estaba desactivado?" se preguntó.
Tomó su celular apurado e intentó de abrir sus cansados ojos para confirmar si el mensaje provenía de ella.
—Si...es de Akira. –sonrió al ver el número.
Entró al chat y su sonrisa se esfumó. El terror recorrió su cuerpo al recibir un mensaje diciendo "Ayudame" seguido de una ubicación, donde suponía que ella estaba.
Se levantó tan bruscamente, que segundos después se mareó, pero eso no detuvo la adrenalina que lo dominó. Salió corriendo del edificio y se dirigió a su auto, donde condució tan rápido hacia el lugar que su novia le había enviado. Llegó al destino 10 minutos después, no quedaba tan lejos de su departamento.
Su boca se entre abrió al observar la casa, no era ni tan grande ni tan pequeña. Tenía algunas características típicas que se cuentan de las casas embrujadas, tales así como vidrios sucios, portones enormes, maderas débiles, y demás.
Intentó abrir el portón, pero gruñó al fallar.
Sus sentimientos y emociones estaban tan mezcladas y alborotadas, por lo que no podía controlarse a si mismo.
Pensó que traspasar las paredes por arriba sería una gran forma de entrar, puesto que no había otra entrada o manera de adentrarse al lugar. Llegó a la cima y luego se tiró al cesped, sintiendo un fuerte dolor en sus tobillos que le sacó un jadeo. No se detuvo y continuó.
Logró abrir la puerta fácilmente, así que no debió hacer tanto ruido o esfuerzo.
Su corazón estaba latiendo tan fuerte, que sintió que saldría de su cuerpo, o lo vomitaría.
Investigó toda la casa, hasta que oyó a un hombre hablando por teléfono en la cocina. Se escondió y escuchó atento la conversación.
—Ajá, sí. ¿Akira?, bueno, creo que estoy logrando que se enamore de mi. Ayer fuimos a pasear y pasamos un hermoso rato, hasta que de la nada apareció su ex. Me asusté tanto, que llevé casi arrastrando a Akira de la muñeca.
Un silencio inundó el lugar, por lo que Yuta supuso que la persona del otro lado de la llamada le estaba hablando.
