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- Derek eres insoportable, ¿Podrías callarte ya? - preguntó llevando mis manos a sus hombros.

- Te quedaras a vivir con un chico, Lila, ¿como quieres que esté tranquilo? - pregunta.

- Derek,  no es como si fuera a dormir con el - digo rodando los ojos - ¿Confías en mi? - preguntó mirándolo a los ojos.

- Si.

- ¿Entonces? Yo sé lo que hago Derek, necesito el trabajo, por favor - digo suspirando.

- Se que no eres como las otras chicas, y confió en ti, confió en que no harás ninguna estupidez con el, solo cuídate, y cualquiera cosa quiero que me llames ¿bien? - pregunta mirándome a los ojos.

- Si Derek, lo haré - digo y se levanta de mi nueva cama.

- Bien, tengo que irme - dice caminando fuera de la habitación.

- Que te vaya bien con Emilia - le digo riendo.

- ¿Como sabes eso? - pregunta sonriendo, simplemente le guiñó el ojo.

- Ya vete que se te hace tarde - digo abriendo la puerta caminando detrás de él.

- Te quiero Lila - dice abrazándome.

- Y yo a ti - digo cuando nos separamos.




***




Me despierto cuando la alarma de mi celular comienza a sonar,  con pereza y desgane camino hacia el baño, Derek me trajo un cambio de ropa ayer y es lo que estaré vistiendo.

Abro las llaves del agua haciendo que quede un poco tibia, colocó dos toallas sobre la tapa del inodoro y entro a la ducha, poco a poco dejo que mi cuerpo se moje, colocó el shampoo en mi cabello y hago suaves masajes intentando que no me den más sueño. Tomó una esponja y jabón líquido corporal y solo le pongo dos gotitas, hago suaves masajes en mi cuerpo, veo mis piernas y creo que necesito pasar una navaja por ahí, abro la puerta de la ducha para ver si en el estante de al lado está un paquete de navajas.

Bingo.

Lo tomó y saco solo uno, a falta de crema depilatoria tomó un poco de acondicionador y lo esparzo por toda mi pierna y comienzo a pasar la navaja suavemente, y lo mismo en la otra.

(...)

Me pongo un short corto blanco y una blusa un poco arriba del ombligo gris con un escote en V y una chamarra de mezclilla, me pongo mis vans blancas, cepillo mi cabello y lo dejo suelto.

Salgo de la habitación hacia la cocina para preparar algo de desayuno, hasta que veo que alguien se me adelantó.

- ¿Quien eres? - pregunta una chica rubia, si a eso se le puede llamar rubia, claro.

- Buenos días - digo abriendo el refrigerador encontrándome con, como lo supuse, nada.

- Te repito, ¿Quien eres? - Dice recargándose en la barra.

- Si no te pones ropa te dará frío - digo ya que solo está con ropa interior.

- ¿Con quien hablas, Lila? - escuchó a lo lejos un Ryder adormilado.

Una niñera para el Playboy (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora