Temporada I. Capítulo III.

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Seis meses pasaron y Naruto es feliz con sus libros, los leía día y noche, hasta en la academia, gracias a eso fue castigado muchas veces pero poco le importaba ya que sus libros tenían ese atractivo que lo cautivaron y más. 

Ese día Naruto estaba prestando atención a Iruka cosa que al chunin le pareció raro pero aún así siguió con la clase. 

—Chicos, hable con Sandaime-sama y el año que viene tendremos un campamento de cinco días— los gritos de emoción se escucharon por todo el salón, Naruto se mostró demasiado interesado.
—Pero.... para ir tienen que aprobar todo de ahora en adelante— las quejas no tardaron en llegar e Iruka río. 

Por otro lado en ese año y medio Sakura no había desistido la idea de hablar con el rubio y disculparse pero este la ignoraba, sabía que había hecho mal en tratarlo así quería enmendar su error pero Naruto no lo había fácil.

El rubio había empezado a entrenar su taijutsu; hacia aproximadamente cinco meses que en su mesa había aparecido un pergamino sobre taijutsu, uno el cual usaba la agilidad y Naruto por ser de mediana estatura y un cuerpo sin masa le venía bien pero no se quedaría así, entrenarla su cuerpo, para así cuando lo use pueda golpear y así dejar un dolor punzante. 

Desde su "charla" con esa cosa hace meses no ha vuelto a pasar, pero lo que sí sabía era que podía escuchar mejor, un olfato mucho más desarrollado y una vista tan buena como la de un Hyuga con su byakugan activado, se sentía como más fuerte, Pero nada de esto se lo dijo a alguien, ni siquiera al viejo hokage, ahora que tenía siete años sentía que el viejo le ocultaba cosas. 

—Vamos a fuera, les explicaré cómo agarrar un kunai y un shuriken— hablo el chunin. 

Llegaron al patio de prácticas, habían formado dos filas, niñas a la derecha y varones a la izquierda. El chunin se paró frente a ellos y le dijo como se hacía, después de una breve pero concreta explicación llamó a la primera persona que llamó fue Hyuga Hinata. 

La niña es demasiado tímida, no habla con casi nadie, habla muy bajito y es muy insegura, ella es una de las pocas niñas que no tiene una obsesión insana con el Uchiha. 

Agarro el kunai y lo tiró, no fue impresionante la verdad, por poco y pasa de largo, decepcionada de ella misma se dio media vuelta y camino con la mirada gacha y tocandodece los dedos. 

El rubio vio esto, tenía el impulso de ayudarla pero la última persona que ayudó no le fue muy bien, inconscientemente se le vino a la cabeza la Haruno, maldijo en voz baja y presto atención a la demás chicas que tiraron los kunai. 

Después que la mayoría de las civiles tiraran los kunai, todos tuvieron el mismo pensamiento patético y decepcionante 

—Yamanaka Ino— dijo Iruka, la rubia camino meneando las caderas para llamar la atención del Uchiha pero este la ignoro. Iruka se pasó la mano por la cara frustrado, el comportamiento de las mujeres no es aceptable en ninguna medida, serán kunoichis más adelante, pero ahora no.

Agarró el kunai y lo tiró, la verdad fue mejor que las civiles pero no mejor que la media, quedó tres líneas antes del punto rojo. Se dio la vuelta y caminó hasta la fila. 

—Haruno Sakura— la pelirosa de ojos verdes camino a paso lento hasta la línea y agarró el kunai, lo tiró con toda la fuerza que tenía y dio casi en el blanco. Eso dejó a Iruka y los demás sin habla, el chunin se puso a pensar que ella seria la única civil que logre estar en un equipo. Pero esos pensamientos son muy tempranos, primero tiene que arreglar muchas cosas de ella.

Ahora es el turno de los varones, los primero fueron civiles, no lo hicieron mal pero no fue tan aceptable. 

—Akimichi Chouji— dijo el chunin, un niño de huesos anchos, comiendo papas fritas camino hasta la línea y lanzó el kunai, el mismo dio casi en el blanco. 

—Nara Shikamaru— el niño perezoso del salón camino hasta la línea y lanzó el kunai, no hizo mucho esfuerzo, hizo lo suficiente para pasar. 

—Inuzuka Kiba—. Un chico de cabello castaño, y dos marcas en su cara y con una actitud demasiado arrogante, agarró el kunai y lo lanzó, demasiado lejos del punto rojo, volvió enojado.

—Aburame Shino—. Agarró el kunai y lo lanzó, bastante cerca del punto rojo, dio media vuelta y volvió a la fila. 

—Uchiha Sasuke—. Muchas niñas empezaron a gritar y decir lo genial que se veía, Ino y Sakura eran las que más se escuchaban. Agarró el kunai y lo lanzó, se clavó en la línea del círculo rojo. Más gritos y vítores se escucharon de las niñas. 

—Uzumaki Naruto—. Los vítores pararon y empezaron a reírse, a decirle como después del gran Uchiha puede ir el último muerto y más cosas, Iruka los cayó a todos diciendo que si seguían, los que se burlaban no irían al campamento. 

Naruto agarró el kunai y lo lanzó, dio en medio del círculo, pero eso no fue lo que los dejó sin habla, fue que el kunai se clavó hasta el mango. 

—¿Naruto prácticas con alguien?— preguntó el chunin, él negó rápidamente y volvió a la fila, bajo la atenta mirada del Uchiha.

Después de eso fueron hasta el salón, iruka iba a explicar unas cosas pero tocó el timbre para la hora del almuerzo. Casi todos salieron, el rubio no lo hizo, sacó el libro con el remolino rojo y siguió leyendo. 

—¡Dime cómo lo hiciste!— le exigieron detrás suyo, el Uzumaki no tuvo que darse vuelta para saber quién era. 

—¿Hacer que Uchiha?— le preguntó sin ganas de hablar mientras seguía leyendo. El pelinegro se enojó, pensó en agarrar el libro y tirarlo, para que le preste atención. Y eso hizo, le agarró el libro y lo tiró al suelo. 

—Ahora me vas a prestar aten....— no termino de hablar ya que de un golpe Naruto lo mandó al suelo, lo miró con enojo. 

—Nunca vuelvas a tocar mi libro, escuchaste ¡Nunca! maldito engreído— iba a golpearlo otra vez pero Iruka entró al salón y vio al Uchiha en el suelo y al Uzumaki a punto de golpearlo otra vez. 

—Naruto, estás castigado, ve con el hokage, Uchiha levántate, estás castigado—. 

Después de decir eso, el rubio se fue y el Uchiha se paró afuera del salón, esta seria la primer clase que perdería por culpa del idiota. Se tocaba la cara y el golpe le dolía, es como un dolor punzante. 

Naruto no fue con el hokage, no lidiará con el mismo sermón, así que para evitarlo se fue hasta un campo de entrenamiento a leer. 

Se sentó debajo de un árbol, leyó hasta que se cansó, cerró su libro y lo puso a un lado, ya que estaba solo podría practicar su taijutsu. Primero corrió unos treinta minutos, luego hizo flexiones y abdominales. Estiró un poco y se puso en posición. 

Se movió hasta un árbol y empezó a darle puñetazos y patadas. Estuvo así hasta que sintió un crujido en el árbol, dejó de golpear y vio que gracias a los golpes este se estaba descascarando. Esbozo una sonrisa como las que le dedica al ramen cada vez que lo come y siguió. 

Se descascara más y más y eso lo motivaba a seguir, estuvo así hasta que se cansó, se sentó debajo de un árbol mientras respiraba pesadamente.

Agarró su libro y volvió hasta su casa, los callejones son lo mejor si quieres escapar de gente de mierda. 

Al entrar dejó su libro en la mesa, se buscó ropa y se fue a bañar, al salir puso agua para su ramen y se sentó en su cama a pensar en que hacer mañana. Seguro las fangirls del Uchiha lo molestarian por hacer que su preciado emo perdiera una clase. 

Pero haría lo que hizo desde que el orfanato lo echó a la calle, los ignoraría y haría su vida. 

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