╭SAGA INSIEME╮
[🖤]❝Graduada de la Universidad de Washington - Seattle, Chiara Di Angelis regresa junto a su ahora prometido, Edward Cullen, a Forks para poder casarse con él justo como habían prometido hace cinco años atrás después de la...
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Los Di Angelis se tomaron su tiempo para poder escribirle a sus hijos varias cartas en donde les explicaban las razones de por qué no podrían ir por ellos.
Tras terminar de escribir dichas cartas, los dos prepararon las tres maletas para sus hijos con dinero suficiente para poder vivir bien algunos meses, igualmente, metieron los pasaportes correspondientes de ellos, sumando los de Sam, Emily, Bella, Jacob y Seth.
Dejaron las cartas escritas, pero igual algunas fotos y recuerdos de ellos para que sus hijos los tuvieran siempre presente a donde sea que fueran.
—Es una noción romántica, ¿no? —habla Alistar tras entrar a la biblioteca—. Que un puñado de virtuosos desafíe el mal.
Alec deja de guardar las cosas en la maleta de su hija, al igual que Chiara, pero esta no dudó en acercarse al castaño con los brazos cruzados y teniendo una sonrisa burlona en sus labios.
—Lo admito, estuviste a punto de convencerme por un momento —confiesa Alistar tras acercarse a la pelinegra.
—¿En serio? —pregunta Chiara con falsa emoción—. Lástima que no te convencí, puedes irte por donde viniste, Alistair, pero cuando necesites ayuda no vengas a rogar con Carlisle.
—Buena suerte —termina por decir Alistair tras darse la vuelta—. La necesitarán.
El vampiro detiene sus pasos para regresar su mirada hacia Alec que se mantuvo callado con los brazos cruzados.
—¿No puedes defenderte por tu propia cuenta? —le pregunta Alistair al pelinegro que se mantuvo de brazos cruzados.
—Claro que puedo, pero me gusta cuando mi hermana humilla a tipos como tú sin mucha dificultad —admite el pelinegro sonriendo con burla.
—Lárgate de aquí,Alistair —ordena Chiara al cambiar el color de sus ojos.
Este, sin poder controlarse, se da la vuelta para salir de la biblioteca sin decir algo más.
Chiara retoma el color de sus ojos para mirar a su hermano con preocupación, este se acerca a su melliza para abrazarla.
—Tranquila, todo saldrá bien, sorella —susurra Alec para intentar tranquilizarla.
Ella corresponde su abrazo, sintiéndose segura en los brazos de este.
—Tengo miedo, Alec —admite ella al cerrar los ojos fuertemente.
—¿Juntos? —le pregunta el pelinegro en italiano consiguiendo que ella sonriera un poco.
—A muerte —responde ella tras alejarse de su pecho y mirarlo fijamente.
