a twisted love [shizaya]

someone to hate

Izaya se encuentra caminando por las calles de Ikebukuro, está sosteniendo su teléfono a la altura de su oreja probablemente hablando sobre negocios, no logra distinguir las palabras que salen de su boca, las puedes escuchar pero a penas termina de decirlas su cerebro las olvida por completa pero él sigue hablando hasta que no escucha una respuesta del otro lado de la línea. Absoluto silencio.

La calle que hace unos segundos estaba repleta ahora está desolada. Izaya busca con la mirada, dentro de los locales y a través de ventanas sin éxito alguno. Busca en su teléfono un chat y empieza a escribir un texto largo donde dice que algo raro está pasando en las calles de Ikebukuro con su clásico tono alegre pero en el momento en que quiere enviar el mensaje no puede hacerlo. Es molesto. La situación está empezando a molestarlo sin embargo Izaya no le toma una gran importancia y sigue caminando. Está seguro de sentir el frío a través de su ropa lo cual es raro porque el sol está alto en el cielo y no se avecina ninguna nube. Se cruza de brazos y encoge en sí mismo tratando de brindarse un poco de calor.

Es una sensación embargante, su garganta está seca y tiene un mal presentimiento de todo esto. Piensa en su secretaria e intenta llamarla, al buscar su contacto en su celular no encuentra ninguno así que él mismo marca el número, no recibe respuesta alguna, ni siquiera timbra o lo manda al buzón de voz así que Izaya intenta otros números y siempre es el mismo resultado. Su cuerpo se siente más pesado con cada paso e Izaya se da cuenta que está dando vueltas, es la segunda vez que cruza por Rusia Sushi y es imposible que yendo en línea recta se tope con el mismo lugar. No ve a Simon, realmente no ve a nadie pero el lugar definitivamente se siente más solo al no ver a ese hombre alto y fornido que siempre está con una sonrisa en su rostro tratando de llamar clientela. Tiene náuseas y se siente cansado sin saber por qué, no cree haber caminado por mucho tiempo sin embargo sus pies se arrastran como si se derritiesen. Izaya mira el suelo por unos segundos, se queda quieto, está mareado y levanta la mirada, entrecierra a los ojos y puede ver a lo lejos una luz blanca por lo que se dirige hasta ésta. Nota que los edificios y calles se arman por sí solos y mira detrás de él notando que el restaurante que acaba de pasar va desapareciendo mientras avanza.

El hecho de que lo acaba de notar lo alerta, hace más frío y el viento lo despeina, lo golpea en el rostro y se siente tan fuerte y doloroso como si algo hubiera sido lanzado hacia él. Piensa en Shizu-chan. Si aunque sea él estuviera allí sería todo más animado pero no está. Nadie está. Ninguno de sus preciados humanos está, como si se hubieran evaporizado en el aire. Ni siquiera un monstruo como Shizuo o una leyenda celta como Celty se encuentran cerca. Izaya está absolutamente solo y le aterra, le frustra y más que todo le entristece de una manera abismal.

Izaya tiene frío y se mantiene en movimiento para entrar en calor llegando otra vez a Rusia Sushi, viendo como el restaurante se forma poco a poco ante sus ojos al igual que el resto de la calle. El sol sigue brillando fuertemente así que es realmente jodido y estúpido que Izaya siga teniendo frío y siga sintiéndose de la forma más horrible. Está acostumbrado a estar por sí mismo pero es diferente cuando no ve a nadie a su alrededor como si se tratara de la única persona en el mundo, un mundo tan grande donde no hay entretenimiento, un mundo tan grande para él solo. Quiere vomitar pero todo se encuentra atascado en su garganta lo cual aumenta más las náuseas, hay algo que no deja que pase, algo obstruyendo. Su estómago se retuerce y el frío por supuesto que no ayuda. Izaya siente que si vomita desaparecerá, vomitara tanto que su cuerpo entero se desintegrara y se da cuenta de lo idiota que eso suena y lo asusta que sea tan real como los brazos que tiene enfrascados en su propio cuerpo.

Izaya vomita.

Izaya vomita y su cuerpo se desintegra. Es sumamente doloroso y se retuerce mientras sus manos distorsionadas son lo último que puede ver.