"Semana inglesa" •Aidan Gallagher•

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La castaña corría apresuradamente, bajó el caluroso rayo del sol, rogando porque no hayan cerrado las puertas del colegio y metiendo, muy torpemente, los libros en su mochila.

—¡Llegué!— Gritó, cayendo al suelo de rodillas, a sus amigas.

—Mar, sabés que hoy entrabamos más tarde, ¿No?— Le dijo su amiga pelirroja y un tic nervioso atacó el ojo de la nombrada.

Inhaló y exhaló profundamente para luego patear una gran piedra que allí había. Se sentó en las escaleras a lamentarse su vida, mientras sus amigas trataban de animarla.

—no es tu culpa— Le decía la castaña, Isa, mientras le acariciaba el hombro—. Sólo se te olvidó.

—claro, se me olvida porque a mí— Se señaló dramáticamente—...no me organizan los horarios como a mi perfecta y divina prima.

—no seas exagerada, ella hace mucho— La pelirroja, Erin, volvió a hablar—, y tú sólo vas al colegio.

—¡Oye!— Hizo puchero—, no creas que soy una inútil, hago todo lo que hace ella y más.

Sus dos amigas se miraron sorprendidas y, antes de que le pudieran preguntar algo más, el timbre sonó y debían entrar a sus clases.

***

—¡Brown!— Le gritó su profesor, haciendo sobresaltar a la chica.

Ella despegó su vista del cuaderno y miró al viejo cascarrabias que tenía enfrente; éste gruñó y le arrebató el cuaderno para leerlo.

—¿Qué es esto?— Le preguntó, al tiempo que le mostraba la página donde estaba escrito «Gallagher» en grande y con muchos colores.

Ella se sonrojo y le quitó su cuaderno para luego meterlo bruscamente en su mochila, mientras murmuraba molesta.

—eso es...es un recordatorio— Dijo con fingida determinación—, mi prima me pidió que lo hiciera con todos sus compañeros.

El viejo señaló la puerta y Mar rodó los ojos, tomó su mochila y, antes de que pudiera salir, Paige apareció por la puerta junto a la preceptora.

—disculpe, profesor Adams— Dijo la mujer—. La señorita Paige Brown vino a retirar a su prima.

Mar sonrió burlona y miró la cara desencajada que su profesor había puesto, se despidió de sus amigas con la mano y salió junto a su prima.
Al estar fuera del establecimiento, comenzó a chillar de alegría, Paige la había librado de un tonto castigo y de pasar aún más vergüenza.

—¡Gracias, Pooh!— Le dijo mientras la abrazaba y su prima río.

—no sé en qué lío te hayas metido pero de nada— Abrió la puerta del auto y la miró—. Entra.

—¿Y qué pasó? ¿Por qué me buscaste?— Le preguntaba al tiempo que entraba al auto.

—te lo diré todo de camino— Dijo la rubia y cerró la puerta del piloto.

La chica arrancó el auto y, al pasar unos minutos en silencio, Mar comenzó a tocar todo lo que podía hasta que Paige suspiró.

—bien, Millie se esguinzo el tobillo y necesitan una doble— Le dijo la mayor de las Brown sin despegar la vista del camino—, y claramente te eligieron a ti.

Ella sonrió y miró a su prima. Le gustaba hacer eso, actuar de doble o actuar en sus propias películas, aunque casi siempre le tocaba hacer de lo primero puesto que, al ser físicamente tan parecida a su prima, debía reemplazarla en varios proyectos; aunque, por su propia cuenta, también tenía sus logros.

One-shots |Aidan Gallagher/Five Hargreeves|Où les histoires vivent. Découvrez maintenant