Una mañana con las serpientes

2K 200 42
                                    

Hermione llegó hasta la habitación de Draco y sin importarle nada entró sin tocar la puerta ni esperar una invitación a pasar, sin siquiera percatarse de que el rubio se estaba desvistiendo.

—Pasa, ponte cómoda —dijo el rubio sorprendido con su repentina llegada.

—Que te quede claro que tú y yo no somos novios —dijo ella y se lanzó sobre él.

Lo abrazo por el cuello y encontró la boca del rubio con sus labios, este no opuso resistencia y le correspondió el beso, cuando se recuperó de la sorpresa que le causaba ese imprevisto beso, rodeó a la castaña por la cintura con sus brazos, profundizando más el beso, acercándola más a él.

La castaña mordió ligeramente el labio de Draco y este aprovechó para dejar que su lengua se aventurara en la boca de la Gryffindor, por un momento ella lo permitió, y después se alejó del rubio.

—Basta –dijo ella dando un par de pasos atrás. — ¿Porque estas sin camisa? —Le preguntó ella apenas percatándose de que Draco estaba sin camisa, descalzo y sin notar que él escondía su brazo en su espalda.

—Porque es mi habitación y me estaba intentado poner mi pijama —explicó él —claro pero la señorita llegó a toda prisa buscando mi boca y ni cuenta se dio.

—Metiste tu lengua en mi boca —le reclamó ella.

—Tú llegaste y me besaste —dijo el poniéndose de nuevo la camisa. —Se presentó la oportunidad y la tomé.

—Malfoy, no quiero que pienses...

—Ni te preocupes —la interrumpió el Slytherin. —Ya sé que todo lo haces solo porque Potter te lo pidió, aunque dudo que él te pidiera que viniera a conocer mi lengua.

—Malfoy, me apena lo que hice, es solo que me moleste con Harry y yo... disculpa.

—Todo por un abrazo, la próxima cuando vea que Potter se acerca te besare justo como ahorita, los dejaré solos un rato y con suerte terminaremos desnudos en mi cama —dijo el rubio divertido dejándose caer sobre su cama con la camisa abierta.

—No digas idioteces —le pidió ella caminado hasta la cama. —Eso no va a pasar, tú y yo en la cama jamás —ella rodeó la cama y se acostó junto al rubio. Irónico.

—Bueno, no sabía que fueras tan traviesa, ¿prefieres el sofá aquel o sobre el escritorio? —Preguntó él muy divertido con la situación.

—Ninguno, nada de esto se repetirá —dijo ella muy convencida de eso.

—Claro que sí, eres mi novia, nos tenemos que besar, digo mínimo.

—No, no somos novios —aclaró ella —y no, no habrá más besos.

—Tu opinión está vez no cuenta, dije que somos novios y no lo puedes cambiar —dijo el girándose sobre la cama para ver a la castaña. —Apuesto que te mueres por besarme —aseguró con una sonrisa perfecta en su rostro.

—Claro que no.

Draco de un movimiento veloz se terminó de girar, colocando una mano de cada lado del cuerpo de Hermione que estaba sobre la cama, quedando sobre ella, sus caras estaban a escasos centímetros uno del otro, el rubio se quedó estático ahí en esa posición, la respiración de la castaña se agitó de tal forma que su pecho subía y bajaba a gran velocidad, el Slytherin seguía ahí sin hacer nada, hasta que por fin el rubio sonrió, mostrando esos perfectos dientes blancos. Suficiente para que la castaña perdiera el control y fuese ella quien acabara con las distancia que los dividía. Fue un beso muy corto porque Draco volvió rápido a su lugar en la cama.

El infiltradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora