Capítulo 4

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Más tarde nuevamente la campana sonó indicando que era hora de ir a casa, lamentablemente yo no me iría a la casa, pasaría 4 horas aquí con este viejo

— Bien, comencemos con tu tarea .—

— ¿Nani? .— hice una mueca .— ¿No podemos hacer algo más? .—

— No, ¿Para que más te tendría yo aquí? .—

— Para jugar viejo .—

— ¿Viejo? .—

— Si, viejo, mira esa cara, tan arrugada .—

— ¿Arrugada? .— dijo serio

— Si, y esas canas que tienes .—

— ¿Canas? .—

Reí en mi interior sabiendo que estaba logrando que Madara se enojara. Podía ver su cara seria por cada cosa que le decía y yo me estaba divirtiendo bastante. Mi diversión no me duró mucho pues Madara me puso a hacer mi jodida tarea, se había sentado delante de mí y eso era un puto problema, me ponía nerviosa y no sabía la razón. Trate de no verlo pero era imposible, estaba muy cerca de mí mirando lo que escribía en mi libreta y a veces tomaba mi goma de borrar para borrar algunas cosas que escribía corrigiendo me. Hijo de su mandarina agria, se cree más listo que yo

— Ya deja de corregirme .-

— Si no lo hago te saldrá mal la cuenta .—

— No jodas .—

— Bueno, si te sale mal la cuenta no será mi culpa que te quite puntos .—

— ¿Quitarme puntos por una maldita cuenta mal? .—

— Así es .—

— Estas de coña .—

— ¿Que dijiste? .—

— Ahg, ya se enojó .— rodé los ojos

— Levántate .—

Rodando una vez más los ojos me levanté cruzándome de brazos, lo mire con una ceja alzada y Madara camino hasta mí, me tomo de la cintura y me giró subiéndome a mi pupitre. ¿Que pretende este viejo?. Me abrió un poco de piernas y subiéndome la falda del uniforme tocó mi intimidad sobre la tela de mis bragas. Sentí mi cara arder - no sé si del enojo o de la pena o de la maldita excitación -, abrí mis ojos como plato y mi boca en forma de "O". Madara seguía acariciando mi intimidad con su dedo lentamente, excitándome más

— ¿Que se supone que estás haciendo? .—

— Te dije que si tus padres no te enseñaban modales yo lo haría .—

— ¿De esta forma? .—

— Sí, cuando digas una grosería mi polla te hará callar esas palabrotas .—

— Jajajaja seguro es una miniatura jajajajajaja .—

— ¿Eso crees?, Mi pene te hará gritar más de lo que tú crees, y estoy seguro de que hasta se te olvidará el nombre .—

— Con una cosita tan pequeña ja, lo dudo .—

— ¿Quieres ver? .—

— ¿Que voy a ver?, ¿La cosita tan pequeña que tienes? .—

Madara sonrió de lado y bajo sus pantalones, un bulto algo grande se le notaba en sus bóxer, quería creer que era como yo pensaba pero cuando se bajó los bóxer me trague mis palabras, su miembro era grande - no tanto - y estoy segura que será como Madara dijo. Tragué saliva pesadamente mirando a Madara a la cara, este sonreía con malicia, no le hacía falta escuchar de mi decir que él tenía razón pues mi expresión se lo hizo entender

— ¿Y bien? .—

— ¿Y bien qué? .—

— ¿Esta o no está chiquito? .—

— Para que preguntas si ya sabes la respuesta .— se cruce de brazos

— Ja, es la misma expresión que hacen todas .—

— ¿Todas? ¿Con cuántas has estado? .—

— Con cinco, cuando era soltero y ahora que estoy casado mi esposa sigue poniendo la misma expresión, o bueno más bien, ponía porque hace tiempo que ya no tengo sexo con ella .—

— ¿Por qué no? .—

— Ya no me excita mucho, cuando quiere hacerlo, Neh simplemente le digo que estoy cansado, pero contigo, tú eres excitante y me calientas .—

— Ja, ay que admitirlo, soy toda una mami andante calienta pollas, pero lastima que sólo pocos tienen el privilegio de tenerme en su cama .—

— Así que la niña de papi ya no es virgen, vaya y yo pensando que sería el primero .—

— Jaja lastima, porque serás como el noveno .—

— Saliste toda una niña mala, eso merita un castigo .—

— ¿Y que me harás, me pondrás más tarea? .—

— Si, y en cada equivocación te daré una nalgada .—

— Uuh, lastima porque no recibiré ninguna .—

— ¿Eso crees? .—

— Si .—

— Bueno, eso lo veremos, por estas equivocaciones .— señaló mi libreta .— Te toca un castigo .—

— ¿Cuántas nalgadas me darás? .—

— Nalgadas no mi amor, embestidas .—

— Su puta madre .—

— Con esas palabrotas serán más embestidas .—

— Maldito .—

— ¿Acaso quieres más? .—

— No lo sé, tú dime .—

Madara se colocó en medio de mis piernas y bajó mi braga, desabotonó los botones de mi camisa y me la quito. Mientras me besaba quitaba a la vez mi brassier y tomándome de la cintura me penetro, solté un fuerte gemido que seguramente se escuchó en toda la preparatoria. Agradecía que no hubiera nadie, de lo contrario ya hubieran varios alumnos y maestros aquí en el salón. Me aferre al cuello de Madara y lo besé. Este tipo besaba mejor que nadie, y sus embestidas eran la gloria. Odiaba admitirlo pero Madara tenía razón cuando dijo que sus penetraciones me harían gritar como nunca

Mordí el labio de Madara cuando me penetro más duro y él soltó un gruñido apretando mis caderas. Gemí una vez más llegando a mi orgasmo y Madara gruñó en mi oído también llegando a su orgasmo, salió de mi y comenzó a vestirse, yo imité su acción. Mientras lo hacía no podía creer que yo me haya acostado con mi profesor, está casado y seguramente tiene hijos de mi edad, además de que posiblemente Madara pudiera ser mi padre, soy una zorra por acostarme con Madara

— La tarea la puedes hacer en tu casa, puedes irte .— dijo caminando hasta el escritorio

— ¿Ya pasaron las cuatro horas? .—

— No, sólo una hora, pero se me olvidó que tenía que llevar a Kevin a su partido de fútbol .—

— Me dejas por un chamaco .—

— Es mi hijo, chamaca .—

— ¿Chamaca? .—

— Eso te lo dije a tí .—

Madara salió del salón con sus cosas dejándome a mi nuevamente con la boca abierta, ¡Estúpido Madara!

Mi Profesor (Madara y tú) Where stories live. Discover now