Han pasado muchas cosas desde la última vez que los hermanos Hargeeves vieron a su hermana menor Elena.
Ella desapareció de un día para otro sin dejar rastro, solo dejando una amarga soledad en la casa.
Pero después de la muerte de su padre, Sir R...
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A la mañana siguiente, número 4 servía café.
Parecía de lo más animado, y al mismo tiempo se le notaba en la voz algo inquieto.
Ahí solo se encontraba él, Luther, Cinco, y claramente Ben, solo que por mala suerte los demás no podían verlo.
-Por dios- Se quejó cinco al dar un sorbo al café-¿A quien hay que matar para conseguir un café decente?
Entonces una voz sonó detrás de ellos-¿Matar?- Preguntó aquella chica desconcertada-Me levanto y lo primero que escucho o son los quejidos de Luther por el colocón de a noche, o las amenazas de muerte de número 5- Dijo Elena sentándose sobre la mesa de la cocina.
Luther gimió-Agg, no me volváis a llevar de fiesta- Dijo reposando su cara en una de sus manos.
Elena se cruzó de brazos y alzó una ceja hacía el moreno que servía café.
-Bueno, viendo que no hay nadie más aquí presente...- Anunció Klaus-Lo voy a soltar sin más.
Elena formó una mueca, esperándose cualquier cosa.
-Anoche invoqué a papa- Soltó sosteniendo una espátula en su mano.
-¿De verdad?- Dijo disgustada la chica-¿Y que te dijo?- Preguntó ella sin ganas notorias de hablar a primera hora de la mañana de él exactamente.
-Bueno pues me dio el típico sermón sobre mis pintas...- Siguió explicando-Mis errores en la vida, patatin y patatan- Se detuvo por un segundo-Pero me dijo algo sobre el asesinayo, o más bien la ausencia de él. Porque- Alzó su mano con la espátula al aire para soltar la bomba-Papá se suicidó.
El chico bajo la mirada, a diferencia de los demás.
Elena no pudo ocultar sus pensamientos-¿Qué?- Farfulló ella sin creerse lo último.
Luther procedió a levantarse de su asiento, con la capucha puesta-No tengo tiempo para bromitas- Pero Klaus lo retuvo.
-Estoy diciendo la verdad- Aseguró el chico.
Cinco hablo igual-¿Y porque lo hizo?- Cuestionó con desagrado.
-Dijo que era la única forma de hacernos volver a todos a casa- Prosiguió.
Elena se quedó con la boca abierta-Papa...- Cuestionar nunca era el papel de Elena, ella hubiera creído cualquier cosa que hubiera salido de la boca del chico, incluso si había visto un elefante volando. Todo menos eso-Papá, el hombre más arrogante y narcisista que puede haber, ¿suicidándose?- Preguntó sin querer escuchar-Lo dudo mucho.
Pero alguien llegó igual.-El maestro Klaus tiene razón- Pogo llegó junto a su típico bastón hasta donde los demás. Tras escuchar eso, los pelos de Elena se erizaron-Muy a mi pesar, ayudé al maestro Hargreeves a materializar su plan.
