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Agotado, Stiles tenía puesta su mirada en la cunita que había junto a la cama.

A través de los barrotes de madera podía ver a dos bebés dormidos y abrazados entre ellos.

Ambos tenían la piel clara, igual que él mientras que sus cabecitas estaban cubiertas por una pelusilla, la de uno más clara que la del otro.

Habían nacido con los ojos abiertos pudiendo constatar que los dos los tenían de un color indefinido.

Alec y Luke.

Esos eran sus nombres.

Alec porque el padre de Derek se llamaba Alex pero cambiaron la "x" por la "c" para que su hijo fuera único.

Y Luke porque...

Bueno porque a Stiles le gustaba ese nombre. (Derek nunca diría que uno de sus hijos se llamaba igual que un personaje de una maldita película de ciencia ficción)

Estirando la mano, Stiles se acercó la cuna, se incorporó y miró a ambos desde arriba.

-Bueno, pues...ya estáis aquí-

-Y lo que he sufrido- oyó decir al moreno.

Girando la cabeza, lo vio en la puerta, con una mano en su entrepierna masajeandola.

-¿Te sigue doliendo?- se preocupó Stiles con una risita divertida.

-Me curo rápido- restó importancia Derek y caminó hacia la cama.

Stiles tuvo que taparse la boca al verle andar pues lo hacía procurando que sus muslos no le rozaran.

Aún le dolía.

Y no era para menos pues Stiles le había estrujado, a conciencia, sus partes nobles.

Sentándose a su lado, Derek ladeó la cabeza, miró al castaño y preguntó:

-¿De dónde has sacado esa...fuerza?-

-Ummm, no sé- respondió. Luego miró a los niños -A lo mejor me la han dado ellos-

-Pues espero que no sigas teniendola- se asustó un poco Derek.

Uno de los bebés se movió para seguidamente abrir los ojos y mirarles a ellos.

Entonces empezó a retorcerse haciendo que su hermano también se despertara.

Y los dos comenzaron a hacer ruiditos.

Inmediatamente Derek metió las manos en la cuna y cogió a uno de ellos para pasárselo a Stiles y él cogió al otro.

Los niños se quejaban, gustaban como verdaderos cachorritos de lobo y gruñían débilmente.

-Me parece que tienen hambre- dijo Derek.

-Pues ya sabes, ve a por los biberones- mandó Stiles dándole un cariñoso manotazo.

Dando un beso en la cabecita al bebé que sostenía, Derek lo depositó al lado del castaño, se levantó y con todo el dolor del mundo en su entrepierna, fue a por los biberones de los niños.

Y SIEMPRE FUISTE TÚ (STEREK)Where stories live. Discover now