#16 - The Blood Moon

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A unas horas de dar comienzo a la noche más escalofriante del año, en la que la luna roja o la ya famosa luna de sangre alumbraría la noche, todos los niños se encontraban en las calles de los suburbios, tocando a cada puerta que podían ansiando caramelos para disfrutar.

Los jóvenes en cambio habían optado por disfrutar de la fiesta secreta que se hacía cada año, una organizada únicamente por los del último año de bachillerato en la que ocurrían tantas cosas que solo los pocos cuerdos terminaban declinando. Las bromas abundaban para los marginados que se atrevían a ir mientras que los más populares podían disfrutar de una fiesta repleta de bebidas, música y por supuesto algunas drogas.

Muchos de los adultos al igual que los jóvenes asistían a la fiesta del pueblo a la que asistían los grandes empresarios y el alcalde; por esa misma razón, la demanda de niñeras aumentaba.

Celeste solía ser la niñera exclusiva de los Thompson, quienes tenían tres pequeños bajo su techo.

Harry, Caroline y Noah, el mayor de 8 años y el más pequeño apenas tenía unos meses de nacido.

Celeste había sido su niñera desde los 13 años, a pesar de ser una de las chicas más lindas de la escuela y tener a varios chicos tratando de estar con ella, no le era de total agrado ir a aquellas fiestas tan caóticas de sus compañeros.

Cerca de las 18 horas salió de su casa dirigiéndose directamente a casa de los Thompson a solo unas casas de la suya.

Los Thompson abandonaron su hogar camino a la fiesta del pueblo portando unos disfraces que a simple vista parecían demasiado costosos.

— Hola Harry. —saludó con amabilidad y dulzura al pequeño de cabellos rizados que se encontraba en la sala de estar principal viendo dibujos animados en el televisor— ¿Dónde está Care?

— En su habitación, está enojada porque le dieron muy pocos dulces y los que tenía se le cayeron camino a casa en un desagüe.

— Wow... —dijo con un tono neutro para luego hacer una mueca lastimosa— Una mala historia de Halloween.

— Sí.

— Bien. Iré por Care, tal vez hacer galletas la anime un poco. ¿Noah está en su habitación?

— Sip.

Se dirigió a las escaleras sin más que decir, encontró a la pequeña niña tendida sobre su alfombra luciendo como alguien que ya no veía nada bueno en la vida...
Al menos hasta que se acercó a ella y mencionó las galletas.

Se dirigió entonces a la habitación del pequeño Noah, tomándolo en brazos y colocándolo en el portabebés junto al monitor para ir abajo siguiendo a la pequeña Thompson.

La noche pasó rápido entre Hocus Pocus y galletas de chispas de chocolate que ni siquiera notaron que la hora de dormir había llegado.

Acostó primero a Care, seguido de Harry para finalizar llevando a Noah a su habitación, colocarlo en la cuna y dejar el monitor encendido al igual que una pequeña linterna.

Caminó por el pasillo hasta bajar las escaleras y sentarse en el sofá, a pesar de que lucía realmente pulcro tenía la sensación de que había sido usado para cosas un tanto agradables para los Thompson, desagradables para ella por llegar a imaginarlo.

Vagó por los canales de la televisión hasta que encontró una que aunque era algo repetitiva era  totalmente un clásico en su vida.

Le gustaba pensar en los vampiros, le resultaban fascinantes aunque algo escalofriantes.

Una llamada la hizo apartar la vista del televisor y contestar.

— Hola, Brina.

— Cele, no puedo creer que no hayas venido a la fiesta por cuidar a los niños tontos de los Thompson.

ONE SHOTS ☁︎ Ben HargreevesWhere stories live. Discover now