Extra 2.

1K 60 4
                                    

Estos papeles parecieran no tener fin, maldición.

Tomo lo último que quedaba en mi vaso de esa botella, y serví de la otra, aunque seguía con la genuina felicidad de esta mañana, pero no podía dejar de tomar.

Si lo hacía solo iba a querer volver dónde Eros, pero yo no le eh dado su carta de renuncia a esa mujer.

Y odio no poder conseguir a alguien rapido.

Deje la botella vacía en el suelo para tomar otra y así servirla.

La puerta de mi oficina fue abierta y yo frunció mi entrecejo enojado al ver quién era.

-Se toca la puerta antes de entrar, y no te eh llamado.

Dije de forma brusca.

-Lo se. -Soltó una risita- Pero quería hablar sobre... Lo de ayer, creí que lo estabas pensando ya que te has de saber dado cuanta que soy mejor que... Con lo que andas.

Lo mire enfadado cuando comenzó a desabrochar su blusa.

-Deja de hacerte ilusiones estúpidas, y se llama Eros, mi esposo, y no te quiero ver en lo que resta de tu tiempo aquí, asi que lárgate.

-¿Me despedirá?.

-¿Acaso eres idiota y no escuchas?. -Abrio mis ojos un poco en asombro al escuchar a Eros, y sus pasos acercarse a mi- Cariño, la cosa que se está arrastrando aquí eres tú, llevo siete años con él y ni una ves se le fueron los ojos por una mujer u otro hombre, ¿Para que lo haría?, ¿No?, Pues no soy igual a las perras que se van por otro hueso cuando ven la oportunidad, y conozco a una, pero no la quiero mirar mucho ya que esa en frente de mi.

La cara de ella se endureció.

-No nos hagamos pendejos que sabemos estas por su dinero. -Dijo ella como si eso fuera cierto.

Alcé mi vista a Eros notando su sonrisa de burla con una ceja alzada.

-Confirmo que si estás sorda y pendeja, no te voy a repetir lo que dije hace unos minutos, pero... Tu cuerpo no lo vale para la mente que tienes... Solo para el trabajo porque para el resto lo tienes de adorno. -Eros alzó una de sus manos en las cuales recién me doy cuenta tiene unos papeles.

Dejo de estar a mi lado para caminar hasta ella.

-Estoy son tus papeles de renuncia, firmalos.

-No lo haré. -Dijo a la defensiva y Eros se acercó a ella, dejando centimetros de espacio entre sus rostros.

-No pedí tu opinión, fue una orden. -Sus ojos cambiaron a unos azules y la tomo de detrás de su cabeza casi que estrellandola contra la hoja- Firma.

Cogió la pluma y se la entrego, ella lo tomo y firmo de forma rápida.

-Sueltame. -Dijo con enojo hacia Eros y este la soltó.

-Lo siento, pensé que como te gusta andar de arrastrada estabas cómoda.

Ella "arreglo" su vestimenta y Eros al verla rió.

-No lo niego, eres bonita. -Dijo pasando su mano sin tocarla por el rostro de la chica- Demasiado bonita... Pero eso no quita que quisiste, en varias ocasiones, quitarme a mi esposo.

Las garras de Eros salieron y sentí mi respiración fallar.

-E...

-Nadie te dijo que hablaras, recuerda lo que te dije y mejor sigue callado porque vengo y encuentro con sorpresitas.

Solo baje un poco mi cabeza, siquiera mi lobo se atreve a hablar, pero así es mejor.

-¡¿Que haces?!. -Alcé mi cabeza al escuchar aquel grito.

KILIAN. [✔]Where stories live. Discover now