Encuentro con Gandhi

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Después de leer, hojear y hojear ese libro unas mil veces, algo aclaraba. Debía ir a un campo cercano a la frontera, bordeando Solaris. El dueño de esas tierras era parte de la comisión que se solía juntar junto con el padre de Jacinta para registrar las cosechas.

En el año '62 específicamente está escrito de puño y letra: árbol de naranjos, con un dibujo detallando las características de la semilla, los cuidados requeridos para mantener el mismo.  Lo que no sé es que familiares se encuentran allí y si me dejarán entrar.

Viajé rápidamente hasta allí, bajando del colectivo podía vislumbrar una pequeña casita. Llena de sauces en la entrada, que le daba un toque mágico y tranquilo al lugar.

Rodeando el sitio había un arrollo y se podía escuchar cómo el agua corría, y chocaban contra las rocas que se interponían contra él. Era un sonido adormecedor, y tranquilizador. La ciudad era bastante ajetreada y movida, ese lugar era un paraíso.

Toque una campana que yacía en la entrada, al lado de un portón de dos hojas, de madera de algarrobo.

A lo lejos, veo un hombre, calvo. Sentado de espaldas a mi, con las piernas cruzadas.

Le grité, varias veces, así me abría. Estuve media hora allí, el seguía inmóvil.

Me senté en el piso, cómo él, ya estaba un poco cansada. Me puse a seguir hojeando el cuaderno. Y controlaba si en algún momento cambiaba su posición así lograba tener su atención.

Me quedé un largo rato leyendo, mis ojos se cerraron y caí desplomada al pasto, el calor y humedad del mismo me daba una sensación de calidez abrazadora.

Me despierta alguien, siento una mano en mi hombro. Era el señor calvo que estaba sentado.

Me despabilo, me incorporo y le doy la mano. Le digo... "soy"... me interrumpe y me dice: "por favor pasa, se nota que estas cansada", en un tono bajito y suave.

Su sonrisa era muy pacifica, daba una sensación de ternura. Sus movimientos lentos, pausados, y una extraña expresión de felicidad constante en su rostro.

Vamos ingresando, caminando despacio y yo admirando la belleza de las flores de la entrada, que formaban un camino guiando hacia la puerta de entrada de la pequeña estancia.

Se presenta, "me llamo Ghandi y este es mi hogar. Debo decirte que tienes una energía radiante, puedo ver tu aura y es muy luminosa". Le sonreí y me presenté, también le comenté para que concurría a visitarlo, me explicó que no había problema, que antes quería invitarme a meditar con él. Le expliqué que no tenía idea en que consistía la meditación. Me insistió y dijo que sería mi guía espiritual durante esa experiencia, si yo aceptaba.

No me negué, ya estaba allí y la curiosidad me ganó, como me suele pasar siempre frente a situaciones nuevas o desconocidas. Nos sentamos sobre una manta, él se posicionó frente a mi, el salón era enorme y se sentía que había pájaros volando arriba nuestro. Gandhi me mira y me dice: "son amigos también, hay que respetar su espacio y dejarlos ser".

Yo solo asentí con la cabeza, él podía hacer lo que le diese la gana. Aunque...era raro que haya palomas dentro, pero después de todo era su vida, sus decisiones, ¿verdad?.

Traté de concentrarme y callar mi mente por un rato. Dijo que cerrara mis ojos y me imaginara un lugar, el lugar donde alguna vez fui muy feliz. Abro mis ojos y lo miro... me devuelve la mirada instantáneamente y me dice: "alguna vez fuiste feliz y lo sabes, busca ese lugar". 

Cerré mis ojos, ¿acaso leía mi mente o que?, pensé. En fin... me concentré, pensé en un lugar, ese lugar... Rafaela y yo jugando...estábamos en un parque, peleando por quien subía primero al tobogán. Éramos pequeñas... veo a nuestro padre a lo lejos...alto, con anteojos, una de sus camisas a cuadros, en la mano su guardapolvo blanco. El era un científico de la parte de investigación del Gobierno. Le decíamos que él era nuestro héroe, y él nos decía todo el tiempo que nosotras podíamos ser héroes siempre y cuando nos lo propongamos y pensemos en como con pequeñas acciones en la vida podíamos ayudar a otras personas. Sus palabras eran tan puras y transmitían sabiduría. El trabajo le demandaba todo el tiempo casi, pero cuando tenía pequeños ratos quería disfrutarlos con nosotras y además charlar... siempre charlar de la vida. Qué felicidad la de vernos, a los tres juntos... me acongojé y sentí una sensación de ahogo en el pecho... verlo... pensar que ambos solo se alejarían de mi... tal vez en los genes estaría o no se.... caían lagrimas y lagrimas sin parar.

Gandhi me abraza fuerte, y se queda un largo rato más abrazándome ... en silencio. Sólo se escuchaba mi sollozo y el ruido de las palomas revolotear cerca.

Luego de que me repuse me mira fijo a los ojos y me dice, "debes enfrentarlos, los miedos, el dolor, debes enfrentarlo y te liberarás. Tuve muchas visiones mientras meditábamos, los veía a ti y a tu familia. Lo presiento, ves estos escalofríos que tengo... es esa sensación... falta muy poco para que se reencuentren, lo sé."

Me extendió un mapa, lo uní con el mío y todo tenía sentido. El trayecto ahora  estaba completo, sabía donde ir. Me dijo que allí encontraría el árbol. Gandhi cierra sus ojos, agarra mi mano y me dice: "realmente es tu destino ir allí, todo cambiará para siempre".


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⏰ Last updated: Oct 28, 2020 ⏰

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