Marcos Llorente vuelve a Madrid después de 2 años en el Arsenal. Desde que tuvo un fuerte desengaño amoroso, no ha vuelto a creer en el amor.
Hasta que la castaña de ojos verdes se cruza en su camino y sin darse cuenta empieza a caminar descalzo po...
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Finales de Mayo
Llevo una tarde asquerosa. Pero asquerosa de verdad. Tengo que hacer un trabajo para el lunes, ¡el lunes! Cuando estamos a Viernes. Joder. Que cuenta para nota, para su madre tenía que contar. Me acaban de fastidiar el fin de semana. Y encima está lloviendo un montón. Dejé el coche aparcado no muy cerca de la facultad y me he mojado un montón, porque encima no tenía paraguas. Estoy mojada y tengo frío. Y hay mucho tráfico por culpa de la maldita lluvia.
Voy conduciendo a casa de Marcos. Llevo 2 días sin verlo entre sus entrenamientos y mis clases. Ya están clasificados para las semifinales de la Champions. Creo que este año la van a ganar si o si. Tengo muchas ganas de llegar. Necesito estar con él y que me calme. Con sólo abrazarlo tengo suficiente. En 15 minutos llego a su casa. Toco el claxon y me abre la puerta del sótano. Meto el coche dentro y lo aparco junto a su Audi. Me bajo y está esperándome en la puerta. Me lanzó a por él y lo abrazo muy fuerte.
- Ei, ¿estás bien preciosa? - me dice mientras me abraza
- No, no estoy bien. Las clases han sido asquerosas y me he mojado un montón desde la Facultad hasta el coche... y tengo frío...
- Pobrecita mía. ¿Quieres que te prepare un baño?
- ¿Con espuma? - le digo mientras le pongo carita tristona
- Claro que si mi amor
Y me da un beso de los que me gustan, de esos que hace que quiera arrancarle la ropa. Bajo mis manos para tocarle el culo y se lo aprieto. Marcos me atrae hacia a él mientras profundiza más el beso. Dos días sin vernos se nota.
- ¿Y si te bañas conmigo Marquitos?
- Acabaré follandote en la bañera Maya
- Pues ve abriendo el grifo -le respondo mordiendo mis labios
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Me separó de él mirándolo retadora y voy subiendo las escaleras directa a su dormitorio. Dejo mis cosas en él y me siento en la cama para quitarme las zapatillas. Marcos me mira con una sonrisa traviesa y entra en el baño para preparar la bañera, la cual me encanta. Es enorme y aunque todavía no la hemos probado juntos, sé que cabemos perfectamente. Me quito toda la ropa y me estiro. Estoy hecha polvo de todo el día. Me apetece un baño y que mi novio me haga el amor locamente.
