Elsa, Kristoff y Percival estuvieron más de un cuarto de hora observando las figuras gélidas de Anna, Hans, Stella y Maximus, sin saber qué decir ni qué hacer, totalmente confusos y rotos por dentro, incluido Percival ya que si bien era cierto que él no tenía ningún vínculo con ellos, también le preocupaba que Hanna no estuviera en el lugar.
-¿Qué fue lo que viste? -le preguntó Elsa a Percival mientras estaba sentada en el suelo, sin siquiera mirarle.
-Pues... Fue todo muy rápido... -respondió el chico, que al haber vivido aquel suceso en primera línea parecía estar más conmocionado que los demás.
-¡¿Qué fue lo que viste?! -esta vez, la reina de Arendelle se puso en pie muy rápidamente y se dirigió hacia Percival, que también estaba sentado en el suelo, mientras la rubia extendía su brazo izquierdo hacia él y de las paredes salían afilados pedazos de hielo que apuntaban hacia el príncipe del Continente del Norte, asustándolo.
La mirada de Elsa era furiosa, como si sospechara de Percival por haber sido el único de los que allí se encontraba en no sufrir ninguna consecuencia. La actitud de Elsa sorprendió y asustó a Kristoff, pues cuando algo desolaba a Elsa su primera reacción siempre tendía a ser pesimista; sin embargo esta vez había sacado su lado violento sin mucha demora.
-Elsa, tranquila -dijo Kristoff, que rápidamente se interpuso entre los dos y logró apaciguar el impulso de Elsa, quien aún seguía mirando furiosa a Percival-. Yo también estoy confuso y preocupado, pero no tenemos que perder los estribos. Dinos, Percival, ¿qué sucedió?
El príncipe del Continente del Norte pareció sentirse aliviado al ver cómo Kristoff había logrado frenar a Elsa, pero por otra parte aquel comportamiento de la reina le hizo perder toda clase de interés que tenía en ella. Así que se levantó y empezó a hablar.
-Yo estaba junto a ellos, logré acabar con dos soldados de nieve que mantenían prisioneros a dos de los príncipes con ayuda de una de las princesas y el caballo. Después de aquella mujer surgió un resplandor blanco que recorrió el suelo y provocó lo que veis aquí -el tono de indignación fue aumentando en el corpulento joven-. ¿Por qué yo no estoy congelado? No tengo ni idea, preguntádselo a esa mujer, antes de desaparecer me dijo que en Ávalon recibiríais respuestas.
-Ávalon... -susurró Elsa para sí misma, pero las acciones de Percival la alejaron de sus pensamientos.
-Os deseo mucha suerte resolviendo este misterio, pero yo no quiero formar parte de esto -indicó Percival, recogiendo su espada del suelo y encaminándose hacia las escaleras que conducían a la sala inferior del castillo, con clara intención de marcharse-. He visto muchas cosas extrañas a lo largo de mi vida, ¿pero esto? Lo siento, ya me advirtieron de lo peculiar que era Arendelle, cuánto lamento no haber hecho caso a esas palabras.
-¿Te vas así sin más? ¿Después de lo que ha pasado? -preguntó Kristoff, incrédulo, teniendo que mencionar a Hanna al ver que el contrario no respondía-. ¡Te recuerdo que tu compañera continúa desaparecida!
-Ya me las arreglaré para encontrarla, lo más probable es que siga en el castillo. En cuanto la encuentre volveremos a nuestra tierra -Percival ya estaba desapareciendo por las escaleras, pero quiso decir unas últimas palabras, teniendo en cuenta que su llegada a Arendelle era por un interés amoroso hacia la reina Elsa, y cómo este interés había desaparecido ante el repentino comportamiento de ella-. Esperaba una hospitalidad más acogedora por vuestra parte, reina Elsa. De nada por haberme arriesgado en salvar a la princesa de Arendelle.
La propia Elsa reconocía que aquella reacción no era propia de ella, tampoco comprendía el motivo de haber actuado así, pues el problema no era justificación, pero en aquel momento poco le importaba la impresión que podría haberle causado a aquel egocéntrico príncipe, y por supuesto tampoco contaba con su ayuda para nada, pero al volver a ver a su hermana y los demás congelados volvió a venirse abajo anímicamente, algo de lo que se percató Kristoff.
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Frozen Souls.
FanfictionLa reina Elsa creyó haber abandonado todo el miedo y la maldad que albergaban sus poderes, pero... ¿y si lo único que consiguió fue un problema mayor? ¿Logrará acabar con su propia oscuridad? [Continuación de "El príncipe de fuego."]