Capitulo 5

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Isabelle y yo salimos por la puerta trasera, era más seguro y la única opción que nos quedaba para no ser descubiertas, pero me sentía mal, muy débil y sin fuerzas, sin embargo la idea de escapar me mantenían alerta a cualquier cosa.

— Date prisa — le dije caminando con rapidez — ellos vienen tras de nosotros.

Al salir, mi auto nos recibió y las dos entramos en él, justo cuando encendía el motor del auto los tipos armados salieron y se abalanzaron contra nosotros pero aceleré el pedal tirándolos a un lado de la calle solitaria.

Nos alejemos de ese lugar y por cada metro que avanzábamos sentía mi cuerpo cansado y adolorido debido a la golpiza que me habían dado.

— LP — dijo mi nombre asustada  — Esta sangrando tu frente.

— ¿Cómo? —  toqué donde ella decía y sentí la sangre correr lentamente.

— Vamos a un hospital.

— No es nada.

— Déjame ver — sugirió llevando su mano a mi frente pero la detuve, ya es suficiente con tenerla aquí como para dejar que me toque.

—Éstoy bien.

Isabelle confundida alejó su mano de mí sin entender porque lo había echo pero es que ella nunca entenderá lo que me hace sentir su presencia.
Al llegar, la colonia permanencia en una tranquilidad envidiable y las luces de las lámparas repletas de mosquitos y mariposas negras alumbraban un poco más el lugar. Enseguida estacioné mi auto enfrente de su casa y apagué el motor.

— Lamento lo que sucedió, no era mi intención ponerte en riesgo.

— No fue tu culpa — dijo — de verdad que no te ves bien, déjame revisarte.

— Estoy bien, anda ve a casa — cerré los ojos con un profundo sueño sin hacerle caso.

— ¿Dime qué sientes?.

—Frío.

— ¿Tienes frío?

— Si.

Luego de algún tiempo sentí como salíamos del auto, Isabelle era un soporte para mí debilidad, caí fuera de este mundo cuando llegue a lo que sería un cama.


(....)

Dormía tan bien cuando unas manos grotescas abrieron mis ojos y una horrible luz amarilla apareció frente a mí lastimando mi vista.

— Sus signos vitales están bien — dijo la voz de un hombre — solo necesita reposo.

— ¿Pero estará bien? — esa era la voz de mi Karla, ¿No era un sueño o sí? Ella había llegado a casa.

— Si descansa y come bien, si lo estará, después de todo no es tan grave solo es cansancio y mala alimentación lo que tiene.

— ¿Que hay de los golpes?

— Bueno... Eso no lo sé.

— Esta bien — suspiró — muchas gracias doctor.

— De nada...y no se preocupe, ya se dónde está la salida, usted quédese aquí con su novio.

— Muchas gracias.

— Un placer servirle a usted y a su familia.

Enseguida escuché a el doctor salir de mi habitación así que decidí abrir los ojos y mirar a Karla toda hermosa y preocupada cerrando la puerta, cuando vió mis ojos abiertos y puestos en ella, fue corriendo a mí como una pequeña bebé.

— LP, amor mío — dijo sentándose a
a un lado de mi cama para dejarme un dulce beso en la frente —  ¿Cómo estás?, ¿Te sientes mejor? ¿Necesitas algo?.

LA GUITARRISTAWhere stories live. Discover now